Izquierda Unida denuncia cientos de asesinatos de activistas y líderes sociales en Colombia
Una delegación de Izquierda Unida se reúne con la senadora Victoria Sandino para conocer la situación de emergencia y de crisis humanitaria que vive Colombia. “La inmensa mayoría de los asesinatos ha quedado en la impunidad por inacción por parte del Estado”, denuncia el dirigente de IU Enrique Santiago.
Enrique Santiago, responsable de Modelo de Estado y Justicia e Interior de IU y vicepresidente de la Comisión de Justicia del Congreso en la XIII Legislatura, ha denunciado “la falta de actuaciones concretas en Colombia para acabar con los asesinatos de dirigentes sociales y comunitarios y de antiguos combatientes de las FARC en proceso de reincorporación en Colombia”.
El también secretario general del PCE ha encabezado una reunión de trabajo con Victoria Sandino -ex guerrillera de las FARC, negociadora del acuerdo de paz en La Habana y actual senadora colombiana del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común- en la que la parlamentaria ha explicado la situación de emergencia y de crisis humanitaria que vive Colombia, cuyo máximo exponente son los asesinatos de líderes y lideresas sociales. Desde la firma del acuerdo de paz, hace menos de tres años, más de 750 líderes sociales han sido asesinados, a los que hay que sumar 150 ex guerrilleros y ex guerrilleras en pleno proceso de reincorporación.
“Estos líderes y lideresas son fundamentalmente de los territorios, gente que está comprometida con la restitución de tierras, con la implementación del acuerdo de paz, con la sustitución de los cultivos de uso ilícito…”, explica la parlamentaria colombiana. “Pero hay fuerzas reaccionarias muy poderosas que se oponen a lograr estos objetivos. Por eso han venido asesinándoles, tal y como se viene asesinando también a la gente que firmó el acuerdo de paz. No hay garantías. Y el Gobierno no ha hecho nada para parar esta ola de asesinatos y de crímenes”.
Por su parte, Santiago recuerda otras etapas sangrientas similares que ha vivido el país latinoamericano: “La inmensa mayoría de estos asesinatos han quedado en la impunidad por inacción por parte del Estado, repitiendo así lo que fueron las masacres de los miembros de la Unión Patriótica en los años 80 y 90”.
Con esta reunión, Izquierda Unida y el grupo parlamentario de Unidas Podemos muestran su interés en apoyar el proceso de implementación del acuerdo de paz en Colombia. “Seguimos con gran preocupación la situación que viven todos los defensores de la paz en Colombia y la bancada de la paz”, ha manifestado Santiago. Del mismo modo, el dirigente de IU ha cargado contra el gobierno del presidente Iván Duque, “más preocupado por impulsar una política belicista de agresión contra Venezuela y Cuba” que de solucionar los problemas internos de Colombia.
Respecto al Gobierno colombiano, la senadora Sandino considera que no se están dando “resultados coherentes con la gran apuesta que hemos hecho. Hay una crisis estructural en el país por el incumplimiento del acuerdo y esa crisis es producto de la disposición del Gobierno de negarlo. Primero, porque en Colombia ganó el Gobierno a través del partido Centro Democrático, que es el partido del expresidente Uribe, que no renunciaba a convertir a Colombia en una dictadura, incluso en lo más atrasado que hay en el continente. Ese gobierno no quiere la paz, vive de la guerra porque le interesa más. Y ha seguido polarizando el país”.
Acuerdo de paz con enfoque de género
Un aspecto en el que el proceso de paz de Colombia fue pionero fue en la perspectiva de género: “Es el primer acuerdo de paz en el mundo que se ha logrado incorporar el enfoque de género, que no es otra cosa que el reconocimiento del impacto que ha tenido el conflicto armado en la vida de las mujeres, de cómo han sido afectadas y victimizadas. La mayoría de la población víctima, que pasa de ocho millones en Colombia, son mujeres”, explica Sandino, que coordinó la subcomisión de género en el proceso de negociaciones de La Habana.
El enfoque de género recorre los seis puntos del acuerdo de paz. En el primero, la reforma rural e integral, se reconoce la necesidad de priorizar la titulación de la tierra para las mujeres que no tienen propiedad. Defiende también entregarles de manera gratuita terrenos y reconoce el papel productivo y reproductivo que han cumplido las mujeres rurales, ya sean campesinas, mujeres indígenas o mujeres negras.
Sandino destaca otro aspecto dentro del acuerdo de paz: la participación política por parte de la mujer. “En el congreso de la República, por ejemplo, donde soy senadora, solamente hay un 20% de presencia de mujeres, a pesar de que hay una ley que reconoce la necesidad de que se vincule un 30% en las listas para la elección. De allí la lucha de muchas mujeres feministas, de las mujeres de los sectores populares, por alcanzar la paridad en la elección, que sea lista cerrada, que se haga a través de lista cremallera. Se debía hacer una reforma política que democratice la participación política de las mujeres. No se logró porque el Gobierno y la mayoría en el Congreso no estaban interesados en que se den esos cambios estructurales en el país y sobre todo en la democracia”.