Séptimo viernes de protestas en Argelia augura día de definiciones
Convencidos de que la renuncia del presidente Abdelaziz Bouteflika fue ''apenas el principio'', los argelinos vuelven hoy a tomar las calles para exigir un ''cambio radical del sistema'' de gobierno predominante aquí en los últimos 20 años.
Apenas despuntaban los primeros rayos de sol y la explanada de la ya emblemática Grande Poste, devenida epicentro de las manifestaciones iniciadas el 22 de febrero, comenzó a recibir personas de distintas edades, estratos sociales, profesiones y regiones de toda Argelia.
Cánticos y consignas a coro o inscritas en pancartas, vallas y mantas indican que la mayoría de la población no está totalmente satisfecha de lo logrado en siete semanas de demostraciones para exigir la dimisión de Bouteflika, que fue efectiva el pasado 2 de abril.
Tras la renuncia del mandatario, de 82 años y enfermo desde que sufrió un derrame cerebral en 2013, los inconformes abogan por una ruptura con todo lo que él simbolizó, entendiendo la caída del recién nombrado gobierno, el cese de figuras veteranas del Frente de Liberación Nacional y del Ejército.
La concentración, que como en viernes anteriores tendrá su clímax pasado el mediodía, cuando concluyan las oraciones musulmanas en las mezquitas, se perfila igualmente pacífica y de marcado sentimiento de pertenencia a esta nación árabe del norte de África.
Básicamente los jóvenes se manifiestan con los colores de las banderas de Argelia y del pueblo bereber (parte del cual se siente la mayoría de los argelinos) que usan lo mismo como mantas, capas o estilizadas en bufandas, gorros, camisetas y cualquier otro ingenio explotado por vendedores.
Haithan y Magida aseveran que llegan con igual ambiente festivo y de celebración al que todavía predomina en las noches tras la salida de Bouteflika, pero gritarán más fuerte su llamado de ‘dégage’ (márchense, en francés), ahora en mensajes destinados a la cúpula política y castrense.
A la cabeza del gobierno interino está el primer ministro Noureddine Bedoui y en la del Ejército, el general Ahmed Gaid Salah, ambos nombrados por Bouteflika y encargados de poner en marcha la transición con la aplicación de artículos constitucionales que suponen mantener a la vieja guardia.
Diarios como El Watan vaticinaron lo que podrá deparar esta jornada con un artículo titulado ‘Viernes acto siete: la movilización por la ruptura continúa’, mientras el canal estatal Ennahar TV abrió su programación con debate sobre la que se perfila como multitudinaria manifestación.
Argelia vive un ambiente pacífico pero de aguda crisis política desde que Bouteflika anunció el 22 de febrero que aspiraría a un quinto mandato, lo cual declinó debido a la presión popular que le llevó incluso, junto con la intervención del Ejército, a acortar su gestión que terminaba el 28 de abril.
Sin embargo, el ya expresidente suspendió las elecciones previstas para el 18 de abril y trazó una hoja de ruta con medidas que mantendrían en el poder a los más veteranos afines a él, según denuncian sus opositores.
Varios activistas destacados en las protestas explicaron que las reivindicaciones se mantienen porque ‘el pueblo no quiere que ellos conduzcan el proceso de transición’, en referencia a quienes gobernaron hasta ahora y son responsabilizados de los problemas económicos y sociales del país.
Para comentaristas locales la respuesta que se espera encontrar hoy es conocer si la hoja de ruta también defendida por el general Gaid Salah, jefe del Estado Mayor del Ejército, relativa a aplicar los artículos siete, ocho y 102 de la Constitución, será aceptada o no por la ciudadanía.
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