Más de 39.000 hondureños ejecutados con armas de fuego
El Observatorio de la Violencia de Honduras ha registrado que entre 2008 y 2015 fueron ejecutados con armas de fuego 39.111 hondureños y, según este organismo y la Dirección de Medicina Forense el problema radica en la falta de protección de la población y prevención del crimen. Más del 92 por ciento de las víctimas eran hombres.
El Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), contabilizó más de 39 mil personas ejecutadas con armas de fuego en los últimos ocho años, según el reporte de la directora de ese instituto, Migdonia Ayestas.
En Honduras, entre 2008 y 2015 se registraron 39.111 personas ejecutadas con disparos, y eso equivale al 81.3 por ciento de los crímenes violentos; el 49 por ciento de esos asesinatos ocurrieron en el departamento de Cortés, sobre todo San Pedro Sula, y le sigue el departamento de Francisco Morazán con un 17.3 por ciento principalmente en la capital formada por las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela.
Entre las edades de las victimas de armas de fuego, el 55.1 por ciento son jóvenes entre 11 y 30 años, los mayores de 30 representan el 42.7 por ciento y el 0.7 por ciento equivale a infantes de 0 a 10 años. Estas cifras reflejan además que los hombres fueron más afectados siendo el 92.68 por ciento de los casos y el resto fueron féminas.
El OV-UNAH ha estudiado que en ocasiones se registraron hasta 400 disparos en casos de ejecuciones múltiples (masacres), el laboratorio de Balística de la Dirección General de Medicina Forense (DGMF) del Ministerio Público (MP), confirma el dato del observatorio, ya que solo en 2016 se han recolectado al menos 5.500 casquillos y cerca de mil balas.
Medicina Forense, hasta junio pasado, ha extraído de los cuerpos de las victimas unas 620 balas y cientos de otros residuos de municiones.
Medicina Forense apenas cuenta con dos laboratorios de balística, uno en Tegucigalpa y otro en San Pedro Sula, estos centros reciben al año entre cuatro y cinco mil armas de fuego que vinculadas en algún crimen violento, más las acumuladas de años anteriores.
El jefe del Laboratorio de Balística de la DGFM, Olman García señaló que el número de armas involucradas en crímenes en la zona central y sur ha disminuido, sin embargo la evidencia de balas y casquillos aumentó.
Según este organismo en los homicidios múltiples, no participa únicamente un arma, por lo que en la evidencia de estos crímenes se identifican casquillos con medidas iguales pero de diferentes tipos de armas.
Se ha determinado que los calibres más comunes para realizar los crímenes son: nueve milímetros (mm), 38, 40, el 5.56 por 45 mm y el 7.62 por 39 mm, este ultimo el proyectil necesario para las AK-47.
Para García el uso de estos calibres es preocupante debido a que “son comerciales, se utilizan en armas deportivas” y lamenta que de todas las armas que llegan al Ministerio Público en calidad de evidencia, sólo el 20 por ciento están documentadas en el Registro Nacional de Armas.
Informó que la implementación de sistemas digitales y el trabajo en conjunto con el Registro Nacional de Armas han logrado el rastreo en más de 700 escenas de crimen, destacando que una sola pistola pudo ser usada en varios hechos violentos.