Nuevo asesinato de un líder social en Colombia
El asesinato Alfredo Alonso Ruiz Higuita, líder social de la situación de cultivos ilícitos en Colombia, al negarse presuntamente a pagar una extorsión, vuelve a poner en el punto de mira la violencia política que vive el país latinoamericano. Según datos del Defensor del Pueblo, son 311 los líderes sociales asesinados en el país desde 2016.
El asesinato de otro líder social en Colombia ha vuelto a despertar el fantasma de la violencia política en Colombia. Se trata de Alfredo Alonso Ruiz Higuita, líder de sustitución de cultivos ilícitos. El crimen fue cometido en Aguas Lindas en Tarazá, Bajo Cauca de Antoquia. Habitantes de la zona señalaron que varias personas armadas arribaron a la casa del líder social y dispararon a muerte.
«Cabe resaltar que era un hombre dedicado a su familia y a la construcción de paz y hacía parte del programa integral de sustitución», denunció en Twitter la organización no gubernamental Mapa DH Antioquia.
Las primeras hipótesis apuntan la banda criminal Los Caparrapos. Voceros de ONGs aseguraron a la prensa local que Higuita se negó a pagar una extorción se 200.000 pesos (unos 69 dólares) al grupo de delincuentes.
A su vez indicaron que grupos armados e ilegales intimidan y amenazan a los líderes sociales de la zona.
«Por un lado están siendo extorsionados por los Caparrapos y, por otro lado, son las Autodefensas Gaitanistas de Colombia que los amenazan, les dicen que persona que se deje extorsionar por los Caparrapos, inmediatamente será asesinada”, explicó Oscar Yesid Zapata, del Nodo Cooperación Coeuropa y del Proceso Social de Garantías DD.H de Antioquia.
También informó que varios líderes se han visto obligados a desplazarse de sus zonas por las amenazas e intimidaciones recibidas.
Desde enero del 2016 y el 30 de junio de este año ya son 311 los líderes sociales asesinados en el país, según la Defensoría del Pueblo. Así mismo, según datos de la Fiscalía, en lo que va de año se han registrado cerca de 1300 denuncias por amenazas a líderes sociales y antiguos miembros de la guerrilla FARC-EP desmovilizados tras los acuerdos de paz de La Habana.