Redacción •  Internacional •  06/11/2017

La COP23 llega a Bonn con los deberes sin hacer

· Durante las próximas dos semanas se celebrará la 23º cumbre del clima en la ciudad de Bonn (Alemania). Una cumbre que se celebra tras graves fenómenos meteorológicos extremos y la publicación de preocupantes informes climáticos.

· Ecologistas en Acción señala que los órganos del Acuerdo de París llegan a esta cumbre con los deberes sin hacer, prolongando así más de una década de inacción.

La COP23 llega a Bonn con los deberes sin hacer

El 31 de octubre la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicaba su boletín sobre la situación anual de los Gases de Efecto Invernadero (GEI). Sus conclusiones muestran con claridad como durante el año 2016 se produjo un aumento récord de la concentración de CO2 en la atmósfera. El nivel de estos gases ha alcanzado las 403 ppm y registrado la mayor tasa de incremento jamás detectada. De hecho, este crecimiento de los GEI anual es 100 veces mayor que el registrado tras el fin de la Edad de Hielo. El efecto más notable es como en los últimos 25 años se ha incrementado en un 40 % la cantidad de energía que solar que queda atrapada en el planeta. Esta publicación concluye finalmente que se quiere evitar un calentamiento peligroso muy por encima de los 2ºC es urgente incrementar considerablemente los esfuerzos en la reducción de las emisiones.

En este mismo sentido se posicionaba el documento sobre la disparidad de las emisiones publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), un informe que analiza si las reducciones de GEI prometidas por los países son suficientes para cumplir las indicaciones que realiza la ciencia. Entre sus conclusiones señala la necesidad de triplicar de los compromisos presentados por los países para limitar el calentamiento global, ya que en menos de cuatro años se habrá superado el margen de tiempo para evitar el incremento de la temperatura global por encima de 1,5ºC. La evaluación realizada por las Naciones Unidas determina además que para limitar este cambio climático sería necesario dejar sin explotar entre el 80 y el 90 % del carbón, 35 % del petróleo y el 50 % del gas.

Durante las próximas dos semanas, tendrá lugar la 23º cumbre del clima auspiciada por Fiji y celebrada en Bonn, en esta COP23 debería concluirse el proceso de puesta en marcha del Acuerdo de París para ser finalmente aprobado en la próxima COP24 en lo que se ha denominado el Dialogo Facilitador. Pero a pesar del llamamiento de la ciencia a una mayor ambición en la lucha contra el cambio climático, la COP parece ignorar esa necesidad. Así, la falta de acuerdos relevantes tras la Cumbre de París y la actitud perezosa de los órganos internacionales provoca que aún no se hayan presentado líneas de trabajo que permitan avanzar en los mecanismos necesarios.

La prueba de ello es que aún no han trascendido textos de consenso lo que supone un nuevo retraso del proceso. Una situación que para Ecologistas en Acción es una muestra de la incapacidad de estas negociaciones y de su captura por parte de los intereses fósiles. Recuerda que llevamos más de una década de inacción tras la adopción del Protocolo de Kioto. Para esta organización, revertir esta temeraria pasividad pasa por un esfuerzo combinado y solidario de los países que culmine lo antes posible con el establecimiento de reducciones de emisiones anuales coherentes con el horizonte de 1,5ºC. Un horizonte que deberá ser claramente establecido en el informe sobre 1,5ºC encargado al IPCC para la COP24. Para ello, el Dialogo Facilitador que tendrá lugar en esa misma cumbre deberá concluir con la apertura de una revisión de estos compromisos tres años antes de la fecha prevista, es decir, en 2020 (según el Acuerdo de París, la revisión de los compromisos presentados en 2015 tendrá lugar en 2023 en el proceso denominado Global Stocktake).

El incremento de los fenómenos atmosféricos extremos como las sequias, lluvias torrenciales, huracanes o incendios forestales que durante este año han causado la pérdida de miles de vidas humanas y enormes daños materiales y son muestras evidentes de esta deriva climática. La redistribución no solo de materia y energía, sino de tecnologías y capacidades desde los países y los estratos sociales más enriquecidos hacia las poblaciones más vulnerables debe de ser una máxima a incorporarse dentro de los mecanismos para hacer frente a la adaptación y a las pérdidas y los daños que se producirán como consecuencia del cambio climático.

Ante la próxima COP24 Ecologistas en Acción realizará un seguimiento de la misma con el objetivo de seguir reclamando que se cierre la brecha entre los esfuerzos requeridos y la inacción de los gobiernos. Esta organización vigilará especialmente que los nuevos documentos no supongan un debilitamiento de los ya precarios compromisos, así como, evitar que se den pasos adicionales en convertir la lucha climática en una apuesta por las falsas soluciones o una puerta al lavado verde del modelo económico que nos ha traído a la situación actual.  Del mismo modo, muestra su especial preocupación por la falta de compromiso del Gobierno español en esta materia. Un claro ejemplo es la presentación de un recurso de inconstitucionalidad a la ley catalana de cambio climático. Un recurso que impugna gran parte de los artículos de la primera ley en aprobarse en el Estado español cumpliendo con los objetivos de reducción que establece la Unión Europea.


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