‘Bombas de EEUU y el Reino Unido causaron 1000 víctimas en Yemen’
Un informe revela que unos 1000 civiles han sido asesinados o mutilados por armas británicas y estadounidenses desde el inicio de las ofensivas saudíes a Yemen.
El documento de 128 páginas, realizado por la Red Universitaria para los Derechos Humanos y el conocido grupo yemení de derechos Mwatana, revela 27 ataques aéreos de Arabia Saudí y sus aliados, entre abril de 2015 y abril de 2018; todos ellos contra objetivos civiles.
La investigación, publicada el miércoles, determinó que en 25 de los asaltos probablemente se usaron armas de fabricación estadounidense, incluidas las prohibidas bombas de racimo; mientras que en cinco de los ataques se emplearon también armas de fabricación británica.
En total, los ataques aéreos se saldaron con la muerte de 203 personas e hirieron a al menos 749, entre las que se contabilizan más de 120 niños y 56 mujeres.
Hubo 16 ataques aéreos contra reuniones u hogares de civiles, cinco centros educativos y sanitarios, cinco contra empresas civiles y uno contra un centro cultural gubernamental.
“Este informe muestra que existe un patrón en cuanto a los ataques aéreos aparentemente ilegales, en los que la coalición ha utilizado armas occidentales. Es una evidencia de que los EE.UU. y el Reino Unido han desempeñado un papel en la matanza y la devastación que está ocurriendo en Yemen en este momento”, señaló Ruhan Nagra, de la Red Universitaria para los Derechos Humanos y coautora del reporte.
El análisis no solo detalla la posible participación del Reino Unido y EE.UU., sino que también revela que la cantidad de ataques aéreos potencialmente ilegales en realidad está aumentando.
Mwatana documentó 128 ataques aéreos aparentemente ilegales en 2018, que mataron a al menos 418 civiles, incluidos 181 menores. Dicha cifra representa un aumento en los casi 90 ataques saudíes que el grupo yemení de derechos identificó en 2017, en los que murieron más de 350 civiles, incluidos 161 infantes y 45 mujeres.
Este informe ve la luz en momentos en los que los legisladores de ambos países —EE.UU. y el Reino Unido— han incrementado sus esfuerzos para detener la venta de armas a Riad y poner fin a la participación de sus respectivas naciones en el conflicto de cuatro años que ha creado lo que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha dado en describir como la crisis humanitaria más grave del mundo.
Desde el inicio de la agresión saudí a Yemen, el 26 de marzo de 2015, Washington y Londres han brindado apoyo armamentístico a Riad, una medida que ha sido criticada tanto a nivel nacional como internacional. La Corona británica ha vendido armas a los Al Saud por unos 5000 millones de libras esterlinas.
El régimen saudí y sus aliados llevan a cabo una brutal campaña militar contra Yemen con el objetivo de restaurar en el poder al expresidente fugitivo yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, y hacer frente al movimiento popular yemení Ansarolá. La comunidad internacional ha hecho insistentes llamados a Riad para que ponga fin a esta “estúpida guerra”.
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