Obsesionado con Venezuela, Elliott Abrams cae en trampa de bromistas rusos
A la pregunta del falso Ueli Maurer: “¿Qué hacemos con las cuentas?”, Elliott Abrams responde: “Congelarlas”. De lo contrario, dijo el representante especial, los bancos suizos podrían tener problemas una vez que el autoproclamado presidente Juan Guaidó llegue al poder en el país.
La obsesión es tal que hacen hasta el ridículo. Al menos eso es el sabor que deja el papelazo del enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, quien mandó a congelar las supuestas cuentas del presidente Nicolás Maduro en Suiza durante una coversación…con bromistas rusos.
Pues sí. Una información de Bloomberg sobre los fondos de Nicolás Maduro en Suiza podría tener una fuente poco convencional: bromistas telefónicos rusos, reportó la agencia Sputnik al detallar que todo comenzó con una conversación filtrada que sostuvo Abrams, con quien creía que era el presidente de Suiza, Ueli Maurer.
Lo cierto es que detrás de la figura de Maurer en realidad se encontraban los bromistas Vovan (Vladímir Kuznetsov) y Lexus (Alexéi Stoliarov).
Haciéndose pasar por el presidente suizo, ellos se comunicaron con el diplomático estadounidense para informarle que en el ficticio banco suizo Limpopó se esconden cuentas de funcionarios venezolanos cercanos a Maduro.
A la pregunta del falso Ueli Maurer: “¿Qué hacemos con las cuentas?”, Abrams respió enfático: “Congelarlas”. De lo contrario, dijo el representante especial, los bancos suizos podrían tener problemas una vez que el autoproclamado presidente Juan Guaidó llegue al poder en el país.
Además, en la conversación reveló que Estados Unidos no tiene planes de intervenir militarmente en Venezuela, pero quiere hacer creer que sí.
“Nosotros no queremos ponerlo a usted y al Congreso nerviosos. Nosotros queremos poner nerviosos a las Fuerzas Armadas de Venezuela. Creemos que sería un error táctico darles garantías de que las tropas estadounidenses no entrarán ahí. Pero en realidad estamos haciendo algo diferente. Estamos haciendo lo que ve. Presión financiera, presión económica, presión diplomática”, reiteró Abrams en la conversación con quien creía que era el presidente suizo.
Según revelaron los bromistas a la mencionada agencia, después de esa conversación se comunicó con ellos Carlos Vecchio, nombrado por el opositor Juan Guaidó como el encargado de negocios de Venezuela en Estados Unidos, y este le pregunta al “presidente de Suiza” si en los bancos del país alpino han podido encontrar alguna cuenta perteneciente a Maduro.
Vovan y Lexus le comunican a Vecchio que el presidente venezolano esconde sus activos en el fondo Nurlan Baidilda Ltd. Esa fundación en realidad existe, pero fue elegida por los bromistas de manera totalmente aleatoria.
No obstante, Vovan y Lexus le dicen a Vecchio que no pueden bloquear esas cuentas sin motivos, por lo que le piden filtrar esa información a la prensa para así crear un escándalo internacional.
Ni corto ni demorado, el representate de Guaidó accede a la petición del “presidente de Suiza” e incluso les pide a los bromistas un borrador del texto para “no cometer ningún error”. Mientras tanto, el propio Vecchio publica la información inventada sobre el fondo Nurlan Baidilda Ltd. en su cuenta de Twitter.
Esa misma tarde, en la revista financiera Bloomberg aparece un artículo “Maduro podría tener millones en el fondo Baidilda” que cita a Carlos Vecchio y hace pública la información sobre Nurlan Baidilda Ltd., inventada por los humoristas.
Vovan y Lexus ganaron popularidad hace tiempo. En 2016, le tomaron el pelo al presidente de Ucrania, Petró Poroshenko y ese mismo año también hiceron de las suyas con el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, con el que se comunicaron tras el derribo del avión ruso en Siria, y además, en 2017 llamaron a la entonces ministra de Defensa de España, María Dolores de Cospedal, en nombre de su homólogo de Letonia y aseguraron que el expresidente del Gobierno catalán, Carles Puigdemont, era un agente del Kremlin.
Según los reportes los bromistas buscan una editorial para publicar en español su libro Para quién suena el teléfono, obra ya está traducida al vietnamita, al checo y al eslovaco.
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