España ultima la retirada definitiva de sus últimos efectivos militares en Afganistán
La salida del contingente, de apenas 24 integrantes, está prevista para el 13 de mayo y se sincronizará con la del Ejército de los EEUU. La presencia española, de 19 años de duración y encuadrada primero en la operación ISAF y en la misión Resolute Support después, ha costado 3.500 millones de euros y la vida de un centenar de militares.
La salida del contingente español se produce en el marco de la retirada total de las tropas de EEUU y la OTAN del país centroasiático. El plan del Ministerio de Defensa incluye también la salida del país de dos intérpretes que trabajaban para las tropas españolas. En total, la OTAN evacúa de Afganistán a 7.000 soldados y EEUU a 2.500.
En su momento más álgido, España llegó a emplazar más de 1.500 soldados en suelo afgano. Los 24 militares, dirigidos por un coronel, prestaban junto a una división aliada apoyo logístico al Ejército afgano en una base cercana al aeropuerto de Kabul, donde se hallan concentrados a la espera de su repatriación. El repliegue venía preparándose desde que el expresidente estadounidense Donald Trump pactara con los talibanes la retirada de las tropas de EEUU antes del 1 de mayo de 2021. Pero la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca impregnó de incertidumbre al plan, que finalmente se ha retrasado al 11 de septiembre, día del vigésimo aniversario del atentado terrorista contra las Torres Gemelas en Nueva York.
Algunos países ya han sacado a la totalidad de sus militares de Afganistán, como Grecia. Otros lo están haciendo de forma escalonada. El Ministerio de Defensa de España planea emplear un único vuelo para repatriar a los suyos, pues es un número muy reducido. Se da la circunstancia de que la salida definitiva de las tropas ocupantes coincide con una redoblada ofensiva de los talibanes en varios puntos del país. Los guerrilleros han lanzado ataques simultáneos en siete provincias y se han apoderado del distrito de Baghlan, en el norte del país.
Una presencia mortal
La llegada de los primeros militares españoles a Afganistán se remonta al 24 de enero del 2002, cuando aterrizaron en Kabul 350 efectivos encuadrados en la operación internacional ISAF. En 2005 y bajo mando de la OTAN, el contingente se emplazó en la base de Herat y atendió tareas de reconstrucción al oeste del país. Entre 2012 y 2013 España redujo considerablemente el grueso de tropas luego de transferir a las autoridades afganas el control de la provincia de Badghis y la base que ocupaban. La operación ISAF concluyó en 2014 y se dio paso a la misión Resolute Support.
En total, más de 27.000 soldados han pasado por territorio afgano, una presencia que ha supuesto para las arcas del Estado un coste de 3.500 millones de euros. Desde 2020 el contingente español estaba reducido a la mínima expresión con motivo de la epidemia de COVID-19, que provocó la retirada de todo personal no esencial. Aun así, sus gastos en 2020 ascendieron a algo más de ocho millones de euros.
Afganistán ha sido también la tumba de un centenar de militares españoles, si bien la mayor parte (62) pereció en 2003 a consecuencia del accidente en Turquía del avión Yak-42 fletado por el Ministerio de Defensa que les transportaba durante su regreso a España. En suelo afgano propiamente dicho, en 2005 hallaron la muerte 17 militares a bordo de un helicóptero Cougar que se estrelló. Los talibanes acabaron con la vida de otros 14 en diversos ataques con explosivos.
Tras la salida de Afganistán, la presencia militar española más nutrida en el extranjero se halla actualmente en Líbano, integrada por 621 efectivos. Se trata de una misión de paz instruida bajo la égida de Naciones Unidas, cuyo cometido es vigilar el cese de hostilidades entre los milicianos de Hezbollah y el Ejército israelí, tarea que los soldados ejercen patrullando la frontera entre Israel y Líbano.
Fuente: Sputnik