AP •  Bianca Mugyenyi •  Internacional •  07/06/2020

Consejo de Seguridad de la ONU: 10 razones por las que Canadá no merece un escaño

Los otros contendientes, Irlanda y Noruega, tienen un historial internacional más sólido.

Consejo de Seguridad de la ONU: 10 razones por las que Canadá no merece un escaño

La campaña del Primer ministro Justin Trudeau para obtener un mandato en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas va intensificándose en todos los circulos a medida en que se acerca la votación del 17 de junio. Pero todo aquel que valora un orden internacional fundado en principios de legalidad y una ONU vibrante debiera conceder el privilegio de ocupar el puesto codiciado a los otros contendientes, Noruega e Irlanda, y no a Canadá.

Ningún Estado Miembro es perfecto, pero a fin de cuentas, los competidores de Canadá por los escaños de “Estados de Europa occidental y otros Estados” tienen mejores antecedentes internacionales. Sencillamente actúan como ciudadanos del mundo más responsables.

A continuación enumeramos diez razones en las cuales nos basamos:

  1. Irlanda y Noruega endosaron la Enmienda de Prohibición adoptada por el Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación desde los países ricos a los países pobres. Canadá se negó a apoyar la iniciativa que se hizo vinculante el año pasado tras la ratificación por parte de 97 Estados miembros.
  2. Los competidores de Canadá ante el Consejo de Seguridad también suscribieron el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes de Naciones Unidas. Ottawa no lo ha hecho.
  3. Noruega e Irlanda han ratificado más de convenios de la Organización Internacional del Trabajo.
  4. Irlanda se unió a la mayoría de los países del mundo en la Conferencia de la ONU de 2017 para negociar un instrumento legalmente vinculante para prohibir las armas nucleares y alcanzar eventualmente su eliminación total. También firmó el tratado resultante y no forma parte de la alianza de la OTAN en materia de armas nucleares.
  5. Ni Noruega ni Irlanda forman parte del G7, una alianza de siete países ricos liderada por Estados Unidos. Tampoco son miembros del Grupo de países de Lima que buscan derrocar al gobierno venezolano, el cual es reconocido por Naciones Unidas. Canadá contribuyó al establecimiento del Grupo de Lima con Perú a mediados de 2017, luego de que la Organización de Estados Americanos, impulsada principalmente por Estados miembros del Caribe, se negara a criticar a Venezuela. Noruega ha tratado de mediar en la crisis venezolana.
  6. A diferencia de Canadá, Noruega e Irlanda no son miembros del Grupo Nucleo (“Core Group”) de embajadores extranjeros que han determinado en gran medida los asuntos haitianos desde que el gobierno de Jean-Bertrand Aristide fue derrocado en 2004. Algunos haitianos han denominado al grupo, liderado por Estados Unidos, Francia y Canadá, como la Pandilla Núcleo (“Core Gang”).
  7. Contrariamente a Canadá, ni Noruega ni Irlanda han sido objeto de críticas por parte de al menos cuatro organismos de la ONU por no pedirle cuentas a sus mineras por sus actividades en el extranjero. A pesar de una letanía de abusos ambientales y de derechos humanos por parte de las empresas extractivas canadienses, Ottawa continúa ofreciendo el respaldo diplomático y financiero a algunas de las mineras más controvertidas.
  8. En comparación con Canadá, Irlanda y Noruega tienen en la ONU antecedentes mucho mejores en su defensa de los derechos del pueblo palestino. Desde el año 2000, Canadá se ha opuesto a 166 resoluciones de la Asamblea General que critican el trato de Israel a los palestinos. Irlanda y Noruega no han votado en contra de ninguna de estas resoluciones.
  9. Irlanda y Noruega han contribuido mucho menos a las perturbaciones climáticas, y cargan con poca responsabilidad respecto de las emisiones de gases de efecto invernadero que están devastando partes de África y Asia. Las emisiones per cápita de Noruega e Irlanda representan poco más de la mitad de las de Canadá.
  10. Incluso, respecto de las condiciones que Ottawa ha enunciado para lanzar su candidatura ante el Consejo de Seguridad, las de Noruega e Irlanda son más merecedores de los escaños. Justin Trudeau pretende que los países debieran apoyar a Canadá para conseguir un mandato de dos años en el órgano de toma de decisiones más influyente de Naciones Unidas porque “Canadá se compromete a colaborar con socios del mundo entero a fin de construir un mejor futuro para todos nosotros, —desde favorecer las economías en expansión por el bien general, luchar contra el cambio climático y crear un mundo más pacífico y más seguro”. El sitio web que promueve la candidatura de Canadá para obtener un mandato en el Consejo de Seguridad dice que “el cambio climático representa una amenaza existencial para los países vulnerables” y que “Canadá comprende la importancia del orden internacional fundado en principios de legalidad”. Es sobre estos puntos que Irlanda y Noruega son mejores candidatos.

A pesar de su buena reputación, el gobierno de Trudeau no refleja el deseo de la mayoría de los canadienses de ser una fuerza para la paz y los derechos humanos en el mundo. Para reconstruir después de la pandemia de COVID-19, el Consejo de Seguridad de la ONU requiere voces que no sigan a Washington y en su lugar busquen un cambio constructivo. Cuando Canadá tenga una mejor política exterior, centrada en la superación de las desigualdades mundiales, entonces se merecerá la confianza del mundo y un escaño en el Consejo de Seguridad.

 

Bianca Mugyenyi es autora y ex directora ejecutiva de The Leap. Actualmente coordina el Instituto Canadiense de Política Exterior (Canadian Foreign Policy Institute).

Artículo publicado originalmente en la revista Ricochet


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