Francia. Trabajadores Ferroviarios ocupan las oficinas del fondo buitre BlackRock en París
Las oficinas del fondo inversor más grande del mundo fueron ocupadas en París por los trabajadores Ferroviarios, luego del anuncio de la Reforma en el sistema de las pensiones que beneficiaría al grupo inversor. BlackRock es el mayor fondo de inversión de capitales a nivel mundial, y el mayor inversor extranjero en América Latina en el sector energético, que hoy presiona para hacerse con los recursos naturales de la región. En Argentina, promovió la reforma financiera que instaló el gobierno de Macri y es uno de los mayores tenedores de deuda pública.
El 7 de enero los trabajadores ferroviarios, en el marco del movimiento de los Chalecos Amarillos, ocuparon las oficinas del Fondo Buitre BlackRock en París a raíz del conflicto desatado por las Reformas en el sistema de pensiones. A finales del 2019, el Gobierno de Macrón había impulsado una Reforma del sistema de pensiones en Francia a través de la cual los trabajadores de mayores ingresos ya no podrían participar del régimen de solidaridad –que mantiene a los actuales jubilados con los aportes de los trabajadores activos-, sino que deberían capitalizarse a través de Fondos de Pensión privados. El hecho de que el representante de BlackRock en Francia, Jean-François Cirelli, hubiera sido condecorado como oficial de la Legión de Honor el 1ro de enero, volvió a encender la mecha y llevar la atención al gigante financiero que se beneficiaría de la Reforma. Jean-François Cirelli había sido parte de la francesa Suez, el grupo financiero que en los 90s, por ejemplo, se quedó con la licitación de la privatizada Aguas Argentinas.
Nacida en Wall Street como un desprendimiento de Lehman Brothers, el fondo de inversiones BlackRock viene creciendo exponencialmente después de la crisis capitalista del 2008. Originada como gestoras de los fondos de pensión privados de los estadounidenses, la firma creció al ir comprando paquetes de acciones de los sectores donde las crisis han pegado más fuerte: el sector inmobiliario en Europa y Estados Unidos, los fondos de pensión privados y, en los últimos años, en el sector energético del Sur Global.
En América Latina, BlackRock tiene oficinas en México, Brasil, Colombia, Argentina y Chile, y basta levantar una piedra para encontrar la huella del gigante de las finanzas, aunque siempre aparezca detrás de las grandes multinacionales que solemos identificar o de los misteriosos “fondos buitres”. Teniendo como estrategia capitalizar las crisis económicas en cualquier lugar del mundo para conseguir una mayor rentabilidad de sus activos financieros, podemos encontrar a BlackRock operando detrás de cada crisis en nuestra región.
En Chile, por ejemplo, es accionista en 33 grandes empresas (como Falabella, Cencosud, Latam) así como en las AFP que el movimiento popular busca desterrar. En diciembre de 2019, mientras se sostenían las movilizaciones en la calle, BlackRock anunció que aumentaría su inversión en el país por el abaratamiento de su moneda y las acciones de las empresas, al igual que en Colombia, donde también las recientes movilizaciones generaron caídas en las bolsas de valores. En Argentina, se trata de uno de los promotores de la reforma financiera y de los mayores compradores de deuda pública durante la gestión macrista, con quienes el actual ministro de economía está negociando pagos y quitas de deuda.
Según el CELAG, se trata del principal inversor extranjero que se instala en el sector de infraestructuras e impulsa la expansión de la industria energética, tanto en el sector petrolero, como en el creciente sector de las “energías renovables” eléctricas, es decir, de la nueva matriz del extractivismo que avanza en Latinoamérica. Que no nos sorprenda encontrar la mano de BlackRock detrás de las explotaciones de Litio y el Cobre, y de la instalación de nuevos Mega Proyectos como Hidroeléctricas y carreteras. Un actor que se mueve en las sombras y prefiere el bajo perfil, pero que sin dudas, tenemos que empezar a observar con más atención.