Trump estaría dispuesto a reunirse con Kim Jong-un en estas condiciones
Corea del Norte se ha convertido en el problema de política exterior más importante que afronta el actual Gobierno estadounidense.
El presidente estadounidense, Donald Trump, está dispuesto a reunirse en EE.UU. con el líder norcoreano Kim Jong-un si Pionyang desiste de sus programas nucleares y de misiles balísticos, informa la agencia japonesa Kyodo.
Según fuentes diplomáticas norteamericanas, esta propuesta ha sido transmitida a China, el aliado más cercano de Corea del Norte. Washington también ha comunicado a Pekín que no recurriría a acciones militares contra Pionyang y que garantizaría la seguridad del régimen norcoreano en el caso de que Kim Jong-un renuncie a su programa de armas.
Los funcionarios estadounidenses reseñaron que todas las opciones, incluida la militar, están sobre la mesa para tratar de frenar las ambiciones nucleares de Corea del Norte, aunque al mismo tiempo indicaron que la puerta del diálogo está abierta.
Diálogo bajo presiones
La semana pasada, Trump ya había afirmado que «estaría absolutamente honrado» de reunirse con Kim Jong-un, si «fuera apropiado» y «las circunstancias fueran apropiadas». Mientras que a finales del pasado mes de abril, el Gobierno norteamericano explicó que el enfoque de Washington hacia la nación asiática es presionarla para desmantelar su programa nuclear, reforzando el aislamiento financiero de Pionyang con la imposición de nuevas sanciones y endureciendo las actuales restricciones.
El desarrollo del programa nuclear y de misiles balísticos intercontinentales por parte de Corea del Norte se ha convertido en el problema de política exterior más importante que afronta el inquilino de la Casa Blanca. Las autoridades norcoreanas mantienen ambas iniciativas, a pesar de las sanciones en su contra que la ONU adoptó en el 2015.
Las tensiones entre Washington y Pionyang aumentaron después de que Trump prometió en enero que no permitiría que Corea del Norte desarrolle un arma nuclear capaz de llegar a EE.UU. Por su parte, las autoridades norcoreanas calificaron de «intimidación y chantaje» las acciones estadounidenses en la península coreana.