En 12 meses, la deforestación subió 16,5% en el Cerrado y bajó 7,4% en la Amazonía
Según datos, el Cerrado tenía 6.359 km² de área deforestada, la mayor para el bioma desde 2017.
Entre agosto de 2022 y julio de 2023, las alertas de deforestación en el Cerrado crecieron un 16,5% con respecto al año anterior. Se destruyeron 6.300 km² de vegetación. Los datos fueron divulgados este jueves 3 por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).
La información captada por el sistema DETER, con imágenes satelitales en tiempo casi real, indican, por otra parte, que en la Amazonía hubo una reducción del 7,4% en la cantidad de alertas emitidas en este mismo período.
Si nos enfocamos solo en el primer semestre de 2023 en comparación con el mismo período del año pasado, cuando Bolsonaro (Partido Liberal) inició su último año de gestión, la reducción en el número de las alertas de deforestación en la Amazonía brasileña fue del 42,5%.
:: Un estudio señaló que el Cerrado puede perder hasta el 35% de las reservas de agua para 2050 ::
En julio, el mes más propicio para los incendios por la sequía en la región amazónica, se batió un récord histórico de reducción de alertas de deforestación. La caída fue del 63% con respecto a julio de 2022.
En el Cerrado, el aumento en el primer semestre de 2023 alcanzó el 21,7%. El monitoreo de DETER detectó que, de toda la deforestación en el bioma, la región de MATOPIBA –que corresponde a los estados de Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahia– concentra el 78,7% de la deforestación. Bahía lidera el ranking, seguida por el estado de Maranhão.
Una realidad compleja, pero con un mayor ‘saber hacer’
En un evento del gobierno brasileño en Brasilia que dio a conocer los datos, la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, comparó los desafíos actuales con los que enfrentó hace 20 años, cuando asumió la misma cartera en el primer mandato presidencial de Lula da Silva (Partido de los Trabajadores).
En 2003, señaló Marina Silva, no existía esta «realidad más compleja que involucra formas de criminalidad» como existe hoy. En su evaluación hubo, en cambio, una mejora en el conocimiento. Según la ministra, en su primera gestión se logró reducir un 32% en la deforestación de la Amazonía luego de más de un año de trabajo.
«En estos primeros 6 meses, con el ‘saber hacer’ que tenemos, a pesar del desmantelamiento de las instituciones, logramos una caída del 42,6%», destacó Marina Silva. «La otra vez tuvimos que arreglar el avión durante el vuelo. Esta vez tuvimos que fabricar el avión mientras volábamos. Y aquí entra otro factor: hacer política pública basada en evidencias», dijo la ministra de Medio Ambiente.
«Pero sabemos que necesitamos un cambio estructural», agregó Marina Silva, enumerando ejemplos: «Bioeconomía, agricultura baja en carbono, agregar valor a los productos, esto es lo que generará un nuevo ciclo de prosperidad».
«Además de las acciones de coacción y monitoreo, necesitamos un plan y eso es lo que está en marcha», dijo Luciana Santos, ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación, cartera a la que está vinculado el INPE.
«Es complejo, pero estamos actuando con la verdad. Con la transparencia de los avances indiscutibles en el control de la deforestación en la Amazonía y se necesitarán medidas más asertivas para el Cerrado», evaluó Santos.
Aumento de inspecciones
El Coordinador General de Ciencias de la Tierra del INPE, João Paulo Capobianco, destacó que las acciones del IBAMA y del ICMBio permitieron «de manera incuestionable, el cambio en la curva de aceleración para reducir las alertas de deforestación en la Amazonía».
Entre enero y julio de este año, el IBAMA aplicó casi cuatro mil multas ambientales en el bioma amazónico. Fue un aumento del 173% con respecto al mismo período de los últimos cuatro años. Las detenciones de equipos utilizados en delitos ambientales aumentaron un 107%. Las sanciones emitidas por el ICMBio crecieron un 216%.
Además, fueron incautadas 3.200 cabezas de ganado en la Reserva Biológica Nascentes da Serra do Cachimbo. «Este es un acto completamente fundamental. No habrá connivencia y si no retiran el ganado en el plazo acordado, será retirado y entregado para usos sociales», destacó Capobianco.
La deforestación legal en el Cerrado
Sobre el escenario en el Cerrado, el coordinador del INPE comentó sobre factores que «no justifican, sino que explican las dificultades». «Hubo más enfoque en la Amazonía y menos tiempo para la acción directa en el campo. Sin embargo, el Cerrado tiene un factor adicional que requerirá una importante discusión por parte de la sociedad brasileña», introdujo.
«A diferencia de la Amazonía, donde la reserva legal obligatoria –o sea, esa área que toda propiedad tiene que mantener con vegetación nativa– es del 80%, en el Cerrado es del 20%», explicó. «En el Cerrado hay una mayor posibilidad de deforestación legal. Y esto es lo que está pasando», presentó Capobianco.
«Tenemos casos de deforestación ilegal, terratenientes que se han aprovechado de la autorización de deforestación para ampliar la zona. Pero el hecho es que, de manera discutible por decir lo mínimo, se está dando un volumen enorme de autorizaciones para la deforestación en el Cerrado», advirtió el coordinador de Ciencias de la Tierra del INPE.
Edición: Nadini Lopes e Vivian Virissimo.
Fuente: Brasil de Fato