Guillermo García Frías: El Partido fue el paso más importante que dio Fidel después del triunfo de la Revolución
Con apenas 30 años, Guillermo García Frías obtuvo el grado de Comandante. Era 1958 y hacía dos años que se había convertido en el primer campesino en unirse al Ejército Rebelde. Junto a Celia Sánchez formó parte del grupo que apoyaría el desembarco del yate Granma y, tras la derrota en Alegría de Pío, su nombre quedó en la historia como uno de los hombres que reagrupó a los revolucionarios con Fidel Castro.
“Hay historias de este país que puedo contar con una satisfacción total, porque las viví desde el primer momento que me uní a Fidel después del desembarco… Yo saqué más de 24 expedicionarios ya vestidos de civil, con trajes de campesino”, cuenta a sus 93 años y los libros de historia le enaltecen que fue él quien recogió las armas de los rebeldes, dispersas luego del fracaso de aquel primer combate.
Mientras esperamos en un recibidor frente a su despacho, Ismael prepara la cámara y me comenta que ha fotografiado al Comandante Guillermo García Frías en varias ocasiones. En su oficina nos espera sentado tras el buró, vestido de militar. Al lado izquierdo de la camisa, entre el bolsillo y la charretera de Comandante de la Revolución, cuelgan las medallas de Héroe del Trabajo y Héroe de la República de Cuba. “Adelante”, nos dice y enseguida pregunta entre risas: “¿Ustedes no traen la pandemia, verdad?”.
Sobre la mesa hay muchos papeles, en uno de ellos se lee “Plan de Trabajo”; también hay varios bolígrafos, sus espejuelos, y una maqueta del globo terráqueo gira constantemente. A su espalda hay una imagen de la Sierra Maestra, otra foto con Raúl Castro y una de Fidel en las montañas orientales durante la guerra, la misma geografía en la que nació García Frías en 1928.
De su padre recuerda que era un gallego trabajador y de su madre que “fue una patriota, hija de un viejo militante de la lucha insurreccional cubana contra España, Bautista Frías Figueredo”.
“Mi mamá era una fidelista a matarse, más revolucionaria que yo, fíjate. Había un par de guardias que todos los días iban para la casa. Entraban y registraban todo. Elle le decía: ‘Yo no parí hijos para tenerlos escondidos, están con Fidel y están armados, lo único que les pido es que cuando maten uno me avisen para irlo a recoger’. Mi mamá era fiera. Cuando yo estaba en la guerra fue dos veces a caballo a verme. En una estuvo 52 días por la montaña, y yo no la pude ver porque estaba en combate”, comenta.
En la Sierra Maestra, García Frías fue fundador del III Frente Oriental, dirigido por Juan Almeida. Estuvo en la primera línea en el ataque al cuartel de La Plata, conocido como la primera victoria del Ejército Rebelde. Fue su primer combate.
–Comandante, usted fue uno de los campesinos que se sumó al Ejército Rebelde desde el comienzo. En la Sierra conoció a Fidel. Participó en más de 150 combates en la lucha revolucionaria y tras el triunfo de la Revolución ocupó diferentes cargos en la alta dirección del país. Hoy tiene 93 años.
–Pero no estoy viejo.
–No, Comandante. Le hacía ese resumen para llegar al Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba en el año 1975. Para usted, que fue miembro de su Buró Político desde 1965, ¿qué importancia tuvo ser parte de aquel Congreso en el que participaron más de 3 000 delegados? Era una Revolución muy joven todavía…
–Fue el paso más importante que dio Fidel después del triunfo de la Revolución.
–¿Por qué?
–Chico, el Partido es la unidad del pueblo y eso es algo muy grande. Hubo traidores, ha habido de todo, los americanos han hecho de todo también. Y nuestro Partido es un educador y guía del pueblo. Esa es una de las ideas más grandes de Fidel porque trajo una unidad impenetrable, aún en aquellos momentos de convulsión, de extremismos. El Primer Congreso fue lo más grande que se pudo dar, trazó la línea de continuidad del proceso revolucionario. Fue la guía. ¿Tú crees que si no hubiéramos tenido un Partido tan fuerte hubiéramos ido a África, donde perdimos compañeros en los combates, hijos, padres de familia?
“En el Primer Congreso había una unidad total. Después empezó una lucha ideológica”, dice y agrega: “Tuvimos divisiones dentro del Partido, que Fidel supo separar con su inteligencia”.
–¿Divisiones en qué sentido?
–Algunos militantes de aquel viejo Partido que se extremaron excesivamente y querían ser ellos los dirigentes principales de todo este proceso revolucionario. Eso se estuvo combatiendo fuertemente.
–En el Primer Congreso del Partido Comunista se habló de la inmortalidad de la Revolución de Octubre. El Campo Socialista se derrumbó en los años ’90. ¿Cómo garantizar, Comandante, la continuidad de la Revolución Cubana en medio de un contexto complejo como el actual?
–Eso está asegurado. La Revolución está consolidada y tiene una base muy sólida en nuestra juventud que es la continuidad y está creada. Que 10 artistas reclamen orientados por el enemigo…
–¿No cree usted que pueda peligrar la Revolución Cubana?
Se reclina hacia el respaldo del asiento, sonríe y responde:
–Yo me río porque esos son intentos desesperados del enemigo. ¿Cuántas cosas no han hecho contra nosotros? Inventan por aquí, por allá. ¿Pero eso, peligro para esta Revolución? Olvídate de eso. Y van a continuar estos movimientos, mientras exista el imperialismo tendremos un enemigo presente.
–En el informe de aquel Congreso, Comandante, se expresa que, si bien en aquellos años se aplicaron medidas económicas de manera oportuna, los resultados hubiesen sido mayores si los métodos de dirección y administración de la economía hubiesen sido más eficientes…
–En la economía hemos tenido problemas, y desaciertos, es verdad.
–¿A qué cree usted que se deba eso?
–A una mala administración. No hemos desarrollado lo mismo la economía que la ciencia, y ahora hay que llevar toda esa ciencia a la economía. Tenemos que ir a ese desarrollo económico.
–En la clausura del Congreso, Fidel dijo: “No podríamos decir que el mundo está lleno de revolucionarios y, en cambio, sí podríamos decir que el mundo está lleno de pequeños burgueses”. ¿Le sigue llevando ventaja la pequeña burguesía a los revolucionarios en el siglo XXI?
–Yo las ideas de Fidel las respeto tanto que, para mí, tiene toda la razón en lo que ha hecho y dicho. Eso es lo que te puedo contestar. No me puedo meter en lo absoluto en ninguna idea de Fidel. Las apoyo ciento por ciento.
–Hablo de la vigencia que puede tener una idea como esa de Fidel.
–Ah, sí. Eso te corresponde contestarlo a ti.
Al referirse al Octavo Congreso del Partido Comunista, a celebrarse en abril próximo, dice que “ese es el momento de reunirse los comunistas para trazar el seguimiento del proceso revolucionario”.
Le menciono a algunos de sus compañeros en la guerra por la liberación nacional y de ellos dice:
Fidel: “Lo más grande que he conocido en la historia de mi vida”.
Raúl: “El mejor alumno de Fidel”.
Juan Almeida: “Un luchador eterno”.
Ernesto Che Guevara: “Mi compañero en la montaña, en los combates”.
Celia: “Nosotros decíamos que era la madre de los luchadores, ha sido la mejor secretaria que tuvo Fidel. La ayuda que le dio al Comandante en Jefe fue enorme. La queremos tanto”…
–Cuando usted mira las fotos de los primeros momentos de la Revolución y se ve hoy a sus 93 años, ¿en qué piensa?
–Estoy idéntico, con el mismo pensamiento y energías. Soy parte de este pueblo y con él voy al final. Pienso morirme como Fidel, con las botas puestas, trabajando…
–¿Ha estado conforme con lo que ha hecho en su vida?
–Estoy satisfecho. Y siempre me han mandado a las tareas más complejas. He hecho todo lo que he podido. Si no he tenido inteligencia para mucho más, eso es un problema de la naturaleza.
–Si no hubiese sido militar, ¿qué le hubiera gustado?
–¿Yo? Hacendado. Yo pensaba como un campesino. Y los pobres tenían en la mente la idea de ser un hacendado porque no trabajaban, tenían dinero y vivían bien. Nosotros vivíamos en una desgracia total. Y la Revolución me sacó de la montaña, y de la pobreza económica e intelectual, me educó. Para mí la Patria era el pedacito de tierra que yo tenía. Ahora la Patria es mi pueblo. ¡Cuánto amor siento por él! Y cada vez que hay un pequeño error pienso en mi pueblo que todo se lo merece. Los poquitos años que me quedan de vida pienso entregarlo todo a nuestra lucha.
–¿Qué hace en su tiempo libre, Comandante?
–Yo no concibo tiempo libre. Siempre estoy en algo. De tiempo libre tengo 10 o 15 días en agosto, y en ese momento estoy lleno de aburrimiento. Ya mi vida no admite aburrirse. Leo. Pero a mí me parece que el descanso es la mejor forma de perder el tiempo.
–¿Qué piensa hacer ahora en su vida?
–Tengo 24 empresas bajo mi dirección y, entre ellas, la más importante es la conservación de la flora y la fauna. Ahí dedico todo mi tiempo.
Hace una pausa y me mira como quien dice “he cumplido contigo”. En eso añade: “Cuántas pelotas tengas por ahí tíramelas, que estoy listo pa’ bateártelas”.
Fuente: http://www.cubadebate.cu/especiales/2021/03/10/guillermo-garcia-frias-ya-mi-vida-no-admite-aburrirse/