México: Funeral mixteco para profesor de la CNTE
El velorio mixteco se acompaña con banda de aliento, comida, café y mezcal. Un ataúd de madera fue colocado en medio de la calle, mientras filas de vecinos llegaban con alimentos en mano a dar su pésame y atender a los cientos de visitantes que despiden a José Caballero Julián.
El 11 de junio, día que detuvieron al secretario de Organización de la Sección 22, Francisco Villalobos Ricártez, el magisterio oaxaqueño se movilizó, instaló bloqueos y tomó las instalaciones del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO).
Ante la acción, el gobierno de Gabino Cué Montiagudo, envió un operativo de desalojo que, a base de gases y toletes dispersó a los profesores inconformes. En la acción policiaca, un proyectil de gas golpeó la cabeza del profesor indígena José Caballero, que falleció ayer a consecuencia de esa lesión.
En lo alto de un cerro, en un barrio pobre conocido como El Paragüito, en Santa Cruz Xoxocotlán, se dieron cita cientos de vecinos, profesores e integrantes de los movimientos sociales oaxaqueños, para solidarizarse con la familia de Caballero y homenajearlo.
“Los asesinos tienen nombre. Son Gabino Cué Montiagudo, Enrique Peña Nieto, Miguel Ángel Osorio Chong y Aurelio Nuño Meyer”, expresó Gustavo Manzano, secretario Técnico de la Sección 22, arrancando a los presentes el grito de “asesinos”, repetido numerosas veces.
El homenaje, dicen los dirigentes de la Sección 22, es por su esfuerzo en las aulas y la lucha magisterial. José Caballero, profesor de educación indígena con trayectoria en el nivel preescolar, se sumó a la lista de profesores muertos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), en Oaxaca, cuyos dirigentes afirman suman más de 100.
En menos de un mes, por los intentos de desalojo a los maestros inconformes, el gobierno reconoce nueve personas fallecidas. La CNTE asegura que, con Caballero Julián, son 12 las muertes que entre el desalojo del IEEPO del 11 de junio y los de Nochixtlán y Viguera el 19 siguiente, han muerto en operativos de policía estatal y federal.
Funeral cívico
El homenaje al profesor José Caballero Julián es como un acto cívico escolar. Los maestros, fieles a la costumbre del nacionalismo laico, tienen en la calle 16 de Septiembre, donde tenía su domicilio el finado, maestra de ceremonias, honores a la bandera y entonan el Himno Nacional, acompañados por la banda mixteca.
Los honores a la bandera se mezclan esta noche con las consignas del magisterio oaxaqueño, que pueden escucharse en casi cualquier marcha y concentración gremial.
Sobre el ataúd se coloca una bandera de México, mientras la banda toca una marcha suave, melancólica, fúnebre. A cada 18 compases, la banda hace silencio mientras los asistentes gritan la vieja consigna “el pueblo unido jamás será vencido”.
Caballero López era originario de San Antonio Huitepec y, si en algo hacen énfasis los dirigentes magisteriales, es en su origen humilde, una condición que superó al menos para poder dar educación a sus hijos.
Desde 1994, Caballero López trabajó en escuelas indígenas de las regiones Valles Centrales y Mixteca. En el homenaje, su hijo, abogado de profesión, José Caballero López, rememora que para acudir a las escuelas a las que se le asignó, Caballero Julián recorría varios kilómetros a pie.
“José nos dejó un ejemplo de heroicidad en las aulas de educación indígena”, dirá el profesor Óscar Manzano en su oportunidad.
“Se nos acabó la paciencia”
Los acordes de una guitarra, acompañan la voz de un profesor-compositor, que esta noche entona una canción que parece echa para lo ocasión. Sus estrofas remiten al paso del maestro por la vocación, las aulas, los caminos para llegar a las comunidades, para luego seguir con las marchas, las protestas, las barricadas y las embestidas policiales.
Los cohetones en la mixteca anuncian el duelo como anuncian las fiestas. Y si no fuera por el llanto de los deudos, las mantas de reclamo y exigencias de justicia, las consignas y discursos, la concentración parecería una celebración.
Juan Carlos Cruz Ramírez, un dirigente de Valles Centrales, donde trabajaba Caballero Julián, toma la palabra:
“Queda constancia de que hombres como José mueren por el futuro, por un mejor país. Él tenía la esperanza de que las cosas cambiaran en el futuro y, con esa esperanza murió.
“Hoy, nos dice el riquillo de Osorio Chong que se acabó el tiempo, a nosotros, el pueblo y los maestros que nos han arrebatado todo. Pero desde aquí, el pueblo también le dice que se nos acabó la paciencia”.
Casi a la misma hora, en la Ciudad de México, el secretario de Gobernación, replanteaba su ultimátum del pasado viernes para decir que no quiso decir lo que se interpretó.
Pero eso no lo sabe Cruz Ramírez, que no habla sólo por la educación pública, pues precisa que se trata de las reformas estructurales que lo privatizan todo. A decir de él, son los maestros el último eslabón de resistencia ante el avasallamiento del poder político y económico por apoderarse de los recursos naturales.
“De eso tenía consciencia José, de que hay cosas que le pertenecen al pueblo y por eso quería luchar”.
Así lo corrobora su hijo, el abogado José Caballero:
“Mi padre siempre quiso dar esta lucha y hoy, yo como su hijo, sigo su ejemplo y estoy dando esta lucha”, dice.
El homenaje concluye con más música de banda. Cierra con una breve llovizna y el silbido-estallido de cohetones. Un mariachi de amigos del profesor Caballero Julián, entona canciones de despedida y las bandas aguardan su turno pues tocarán toda la noche. Los vecinos reanudan su fila de condolencias y donaciones. Temprano, este miércoles, el féretro partió a San Antonio Huitepec a donde lo llevan a sepultar.
Foto: Rinden homenaje a maestro asesinado en Oaxaca. Foto: Octavio Gómez