La nueva suspensión de relaciones diplomáticas con la RASD desata críticas en Perú

Tanto el Partido Comunista de Perú–Patria Roja (PC–PR) como la bancada parlamentaria del bloque progresista Juntos por el Perú–Cambio Democrático condenaron la súbita decisión gubernamental.

El subsecretario general del PC–PR, Arturo Ayala, dijo que el virtual corte de las relaciones con la RASD “es un acto de subordinación y de nefasto colonialismo contemporáneo” que alinea al Estado peruano con la política exterior de Estados Unidos y su aliado Marruecos, que usurpa territorio saharaui.

Consideró incoherente que el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores que anuncia la suspensión invoque el marco de las Naciones Unidas, que plantea un referendo que permita al pueblo saharaui acceder a su plena independencia.

Con el anuncio, agregó, “Perú abandona una vieja tradición diplomática de respeto a la autodeterminación de los pueblos y de no alineamiento” y augura que cuando cambie el gobierno peruano “se restablecerán plenamente las relaciones entre nuestros pueblos hermanos”.

Ayala expresó su solidaridad con la representación diplomática saharaui en Perú, para la cual la medida equivale a una condecoración, pues “solo un régimen altamente desprestigiado por el pueblo podría cometer una aberración así”.

Por su parte, la bancada de Cambio Democrático-Juntos por el Perú manifestó su profundo rechazo a la suspensión de las relaciones con la RASD y anota que esta fue reconocida por el Perú como Estado soberano e independiente en 1984 bajo el gobierno de Fernando Belaúnde Terry.

“La decisión tomada por el Gobierno de Boluarte desconoce la histórica posición peruana de defensa de este derecho universal de los pueblos y es servil a los intereses de la derecha que la sostienen en el gobierno”, sostuvo.

El gobierno de Fernando Belaúnde Terry reconoció en 1984 a la RASD y su derecho a la independencia, mientras que el posterior gobierno de mano dura de Alberto Fujimori puso en suspenso esos vínculos y privilegió la vinculación con Marruecos.

La administración de Pedro Castillo, iniciada en julio de 2021, restableció la relación diplomática bilateral en septiembre del mismo año, pero en agosto de 2022 un nuevo canciller, considerado afín a Marruecos, las rompió.

Aquella ruptura duró solo unas semanas, pues en septiembre del mismo año hubo cambio de canciller y las relaciones fueron normalizadas hasta que ayer que quedaron otra vez suspendidas.