Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá para analizar actividad de armas biológicas en Ucrania
El Ministerio de Defensa ruso señala que en Ucrania opera una red de más de 30 laboratorios biológicos al servicio de la Agencia de Reducción de Amenazas, de EE.UU.
El Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) a petición de la representación de Rusia, celebrará este viernes una sesión de emergencia para abordar las actividades militares biológicas de Estados Unidos (EE.UU.) en Ucrania.
El representante adjunto de Rusia ante la ONU, Dimitri Polianski, señaló en su cuenta oficial de twitter que “la misión rusa ha solicitado una reunión del Consejo de Seguridad para el 11 de marzo para discutir las actividades biológicas militares de Estados Unidos en el territorio de Ucrania».
En tal sentido, el Ministerio de Defensa ruso develó que EE.UU. destinó más de 200 millones de dólares para el funcionamiento de laboratorios biológicos en Ucrania, donde, entre otras investigaciones se desarrollan experimentos con el coronavirus de murciélagos.
Su portavoz, el mayor general Ígor Konashénkov, manifestó que Moscú posee información detallada sobre la implementación por el Pentágono en territorio ucraniano de un proyecto para estudiar la transferencia de patógenos a través de aves silvestres que migran entre Ucrania, Rusia y otros países vecinos.
“Según los documentos, en Ucrania en 2022 la parte estadounidense planeó realizar trabajos sobre patógenos de aves, murciélagos y reptiles con una transición adicional para estudiar la posibilidad de portar la peste porcina africana y el ántrax”, aseguró Konashénkov, al tiempo que remarcó que el objetivo de esos y otros estudios biológicos es el de crear un mecanismo para la propagación encubierta de gérmenes mortales.
Por su parte, el pasado día 8, el Ministerio de Exteriores ruso comunicó que obtuvo documentos provenientes de laboratorios biológicos ucranianos los cuales «certifican la destrucción urgente de patógenos especialmente peligrosos de la peste, ántrax, tularemia, cólera y otras enfermedades mortales».
Al respecto su portavoz, María Zajárova, sostuvo que dichas acciones se produjeron para evitar se descubrieran las «violaciones del artículo 1 de la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción y el Almacenamiento de Armas Biológicas y Toxínicas, (CABT)», por parte de Ucrania y EE.UU.
Lo cual fue reconocido por la subsecretaria de Estado estadounidense para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, al expresar que en Ucrania existen «instalaciones de investigación biológica y que a Washington le preocupa mucho que las tropas rusas se hagan con el control de las mismas”.
Mientras, el jefe de las Fuerzas de Defensa de Radiación, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, Ígor Kirílov, declaró que en Ucrania operaba una red de más de 30 laboratorios biológicos los cuales estaban al servicio de la Agencia de Reducción de Amenazas, dependencia del Departamento de Defensa de EE.UU.
Sin embargo, Olivia Dalton, portavoz de la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield expresó que la solicitud rusa es «exactamente el tipo de esfuerzo de falsa bandera que hemos advertido que Rusia podría iniciar para justificar un ataque con armas biológicas o químicas».
A lo cual añaden los embajadores adjuntos de EE.UU. y Reino Unido que sería Rusia quien podría haber empleado armas químicas en territorio ucraniano.