Rafael Correa: EEUU quiere ‘crucificar’ a Assange por revelar sus crímenes

En una entrevista exclusiva concedida este jueves a HispanTV, Correa ha denunciado la posible extradición del activista Julian Assange, fundador de Wikileaks, tras su detención el día de hoy en la ciudad de Londres después de que el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, le retirara el asilo político.

Según Correa, Assange ya no tiene ningún problema en Suecia, país que antes solicitaba su entrega por presuntos delitos sexuales ya que ahora es un caso archivado.

“Assange ahora tiene problema supuestamente con la Gran Bretaña por que incumplió su medida cautelar y puede tener una condena de 12 meses, pero sobre todo el pedido de extradición de EE.UU., donde lo quieren crucificar”, indica Correa.

El exmandatario ecuatoriano (2007-2017) alerta que, “los halcones (refiriéndose a los Estados Unidos) quieren juzgarlo con una ley que implica la pena de muerte”.

“Assange no va a tener un justo proceso”, dijo asegurando que, con seguridad le será impuesta una condena absolutamente desproporcionada a un periodista que tal vez sí había roto ciertas reglas, pero había dicho la verdad asegura el mandatario. “rompió algunas leyes, pero también dijo la verdad sobre crímenes de guerra que la humanidad tenía que conocer que estaban siendo ocultados”, ha apostillado.

Correa además ha criticado la doble moral internacional. “Si el delito es publicar información confidencial, lo que publicaron en The New York Times, The Guardian, El País, los grandes medios de Alemania, del mundo entero, ¿por qué no los procesan a ellos?” declaró.

Lenín Moreno expresa que actuó apegado al derecho internacional y tomó una decisión soberana, pero asambleístas de la Revolución Ciudadana, defensores de los derechos humanos y varios analistas condenan la postura oficial, ya que consideran que se trata de un acto de sumisión y venganza, y pone en riesgo la vida del australiano.

Assange se encontraba recluido en la embajada de Ecuador en Londres desde 2012, cuando pidió asilo a la delegación diplomática del país latinoamericano para evitar su extradición a Suecia, que entonces solicitaba su entrega por presuntos delitos sexuales.

Aunque el caso en Suecia se archivó, Assange permaneció recluido en la delegación por temor a que su salida activara la petición de extradición de EE.UU. y con ello su inmediato encarcelamiento.

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