Alianza por la Solidaridad inicia con la UE un programa para la recuperar la seguridad alimentaria de 44.000 personas en Haití

Alianza por la Solidaridad, junto con la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y con financiación de la Unión Europea, lanza en Haití un proyecto de ayuda humanitaria que tiene como objetivo apoyar al Ministerio de Agricultura del país para cubrir las necesidades de alimentos y medios de vida de las familias víctimas del huracán Matthew y que se encuentran en una situación de extrema necesidad desde entonces.
 
El proyecto «Rehabilitación y el fortalecimiento de los medios de vida de las familias campesinas afectadas por huracán Matthew en los departamentos Sur y Sudeste» será financiado por la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO) con 2.804.660 euros, de los que 254.658 son cofinanciados. “La caída de la producción local y el aumento de los precios de los alimentos básicos en los mercados de las zonas afectadas por huracán han tenido un impacto muy negativo en la capacidad de las familias más vulnerables para acceder a una alimentación adecuada. Cubrir estas necesidades y facilitar medios de vida son hoy las principales prioridades», señala Jordi Torres, responsable de la oficina de Ayuda Humanitaria de la UE en Haití.
 
El trabajo será desarrollado por la FAO y a Alianza por la Solidaridad, ONG española que trabaja desde hace 12 años en proyectos de seguridad alimentaria en el Departamento Sudeste de Haití. Alianza por la Solidaridad será la responsable del reparto de la asistencia alimentaria y de medios de vida en las comunas de Bainet, Côtes-de-Fer y Port-à-Piment para un total de 44.000 personas, una distribución especialmente enfocada a grupos vulnerables como son las mujeres.
 
Hay que recordar que la agricultura supone casi el 25% del PIB en Haití, pero tras el paso del Matthew los sistemas de producción quedaron severamente dañados en los departamentos donde ésta es la actividad principal, generando pérdidas por valor de 1.1.00 millones de euros y dejando a cerca de un millón y medio de personas en una grave situación de inseguridad alimentaria. 
 
El huracán arrasó las cosechas, pero también los medios de vida (animales domésticos, utensilios, aperos de pesca, etcétera) que permitían sobrevivir a las familias. Alianza por la Solidaridad ha constatado que, en los meses transcurridos desde entonces, las lluvias torrenciales que ha sufrido el territorio han provocado nuevos daños en una tierra que ya estaba en malas condiciones, a lo que se suma el agotamiento total de las reservas que tenían las familias y las comunidades.
 
En este marco se desarrolla el proyecto de ayuda humanitaria de la FAO y Alianza por la Solidaridad. Gracias al mismo, un total de 8.800 hogares en las comunas mencionadas recibirán ayuda alimentaria a través de transferencias de dinero que les permitirán salir adelante en el actual periodo de escasez de alimentos. Asimismo, se facilitarán semillas a las familias de agricultores, acompañadas de formación en prácticas adecuadas para mitigar el impacto del cambio climático; se crearán viveros agroforestales en las comunidades; se impartirá educación nutricional; y se reactivará la pesca artesanal.
 
La distribución de ayuda en efectivo por parte de Alianza por la Solidaridad se realizará mediante el sistema de “dinero por trabajo” (cash for work), que consiste en que se entrega dinero a cambio de determinados trabajos en las comunidades, previamente pactados con los líderes de las mismas (arreglo de caminos, escuelas, laderas con riesgo de desprendimientos, punto de agua, etcétera). “Este sistema dignifica la ayuda humanitaria más que la entrega de alimentos, dado que pueden utilizar el dinero para comida, pero también para los colegios o la asistencia sanitaria”, explica Neftalí Bernabé Muñoz, coordinadora de este proyecto de Alianza en Haití. Sólo casos especiales, cuando las familias no puedan realizar trabajos comunitarios, se entregará el dinero directamente.
 
En otros casos, se realizará entrega de semillas (resistentes al cambio climático), herramientas agrícolas o aperos de pesca, según las necesidades de cada familia. El objetivo es que puedan comenzar a sembrar en julio para obtener una primera cosecha a finales de agosto o septiembre. “Hasta ahora, han sobrevivido ayudándose entre las comunidades, pero ya no queda nada”, asegura Bernabé Muñoz desde el terreno. “Hay comunidades a las que vamos a acudir con este proyecto que aún no han recibido ninguna ayuda exterior”, añade.
 
La FAO, por su parte, proporcionará asistencia técnica para facilitar la aplicación de las mejores prácticas resistentes a los riesgos climáticos y mejorar el estado nutricional de los hogares.
 
La selección de los beneficiarios se ha realizado siguiendo unos criterios previamente fijados que establecen la vulnerabilidad de las familias.

Las actividades de campo de este proyecto, que continuarán hasta febrero de 2018, ya han comenzado.