Redacción •  Internacional •  13/02/2018

Javier Couso advierte a la UE de que el proceso de paz en Colombia puede fracasar si no se implica al máximo

El eurodiputado de Izquierda Unida ha presentado este lunes en la Eurocámara el informe elaborado por la Comisión Internacional de Verificación de los Derechos Humanos, que evalúa el grado de cumplimiento de los acuerdos de La Habana y alerta de la amenaza constante que sufren los defensores de la paz por parte de los paramilitares. En lo que llevamos de 2018 han sido asesinadas más de 80 personas.

Javier Couso advierte a la UE de que el proceso de paz en Colombia puede fracasar si no se implica al máximo

El eurodiputado de Izquierda Unida Javier Couso ha presentado este lunes en Bruselas el informe que ha elaborado la Comisión Internacional de Verificación de los Derechos Humanos en Colombia y ha hecho un llamamiento a la Unión Europea para implicarse al máximo en el proceso, ante el riesgo alto de que pueda acabar fracasando.

«Colombia vive en estos momentos una situación muy delicada, el partido FARC ha anunciado el pasado fin de semana que suspendía sus actividades electorales y nos preocupa enormemente que pueda fracasar el proceso de paz. La UE, como firmante y acompañante de los acuerdos de La Habana, tiene un rol muy importante en evitar que esto ocurra y debe exigir al Gobierno colombiano que cumpla», ha dicho en una rueda de prensa esta mañana en Bruselas, acompañado por el coordinador del informe, Joaquín Sánchez, el activista Sus Van Olsen, y Germán Graciano, representante legal de la comunidad de paz de San José de Apartadó y víctima de un atentado de los paramilitares en diciembre del año pasado.

Entre los motivos que están haciendo peligrar el proceso está precisamente el grado de impunidad que goza el paramilitarismo, «que como pudimos ver sobre el terreno el año pasado ha ocupado las zonas abandonadas por las FARC en base a los acuerdos de paz», y que en lo que va de año «ha asesinado a 80 personas entre activistas, defensores de los derechos humanos, líderes sociales y sindicalistas». Asimismo, el lento avance de la aplicación de dichos acuerdos por parte del Gobierno, que el informe calcula es de poco más del 18% en el primer año.

El eurodiputado ha avisado de que «el clima actual recuerda al exterminio de la Unión Patriótica» y, por tanto, ha insistido en que «la preocupación es máxima». «No hay garantías para realizar un proceso electoral con seguridad para todos los partidos. Las FARC han cumplido con la vía de la paz, pero no pueden organizar una campaña electoral cuando están siendo hostigadas con atentados», ha añadido.

Testigo directo de la persecución a la que están sometidos los activistas sociales o los líderes locales es Germán Graciano, que ha pedido a las instituciones europeas y a todas las organizaciones internacionales «hacer un seguimiento permanente de la situación en Colombia». «Hemos dejado constancia de muchas violaciones de los derechos humanos y del asesinato de al menos 300 personas en los últimos años. Creíamos que este proceso de paz iba a poner fin a la guerra y a las injusticias contra la población civil, pero vemos que es sólo una paz de palabra, que no hay seguimiento y sinceridad por parte del Gobierno colombiano», ha afirmado.  

Graciano, que ha denunciado «la complicidad entre los cuerpos paramilitares y la Policía» en San José de Apartadó, ha insistido en la necesidad de que «haya un seguimiento por parte de todas las organizaciones internacionales» para que «pongan los ojos en Colombia» y se acabe sellando «esta paz con la que tanto soñamos» y «no acabemos siendo asesinados nosotros, los defensores de los derechos humanos y los líderes de las comunidades de paz».

Por su parte, Joaquín Sánchez, ha explicado que el propósito de este informe, «a 15 meses de la firma de los acuerdos de paz», es «analizar la situación colombiana bajo el prisma de los derechos humanos». El coordinador del texto ha hecho mucho énfasis en que todo proceso de paz debe ir acompañado de unas condiciones de no repetición y ha puesto como ejemplo los casos de Guatemala y El Salvador.

«En El Salvador, durante la guerra, hubo 75.000 muertos, pero aún a día de hoy hay 500 asesinados al mes. En Guatemala es parecido, entre 1960 y 1996 más de 200.000 personas fueron asesinadas, pero es que ahora sigue habiendo casi 500 asesinatos cada mes. Esto es síntoma claro de que algo no funcionó y no queremos que se repita en Colombia», ha dicho.  

«El Gobierno sólo ha cumplido con el 18,3% de los acuerdos que estaban previstos para el primer año y por eso la situación es muy preocupante», ha añadido. En concreto, se ha referido a aspectos como la reforma rural, con un grado del 5% de aplicación de los acuerdos; al de la  participación política (19%); al del fin del conflicto (33%); al de drogas ilícitas (6%); o al de víctimas (9,3%).

«Teniendo en cuenta el grado de implementación actual, la previsión de los próximos meses va a ser mucho más lenta. Si nos encontramos en un escenario cercano, con una situación como la de El Salvador y Guatemala, no podremos decir que el acuerdo de paz ha sido un éxito. La UE debe implicarse, por una cuestión de ética universal», ha sentenciado.

Para finalizar, Van Olsen ha llamado la atención sobre el hecho de que una vez firmados los acuerdos de La Habana «haya decaído considerablemente el interés de la comunidad internacional» y ha enumerado una serie de cuestiones que deben tener un mayor seguimiento por la UE y por las organizaciones internacionales.

En concreto se ha referido a la escasa transparencia en la gestión de los fondos que están siendo transferidos al Gobierno colombiano en el postconflicto y ha reclamado un mayor protagonismo de las comunidades locales «porque son ellas las que están llamadas a ser agentes de la paz». Asimismo, ha exigido a la UE que ejerza «un mayor control de las empresas con intereses económicos y estratégicos en Colombia y que muy a menudo se convierten en generadores de violencia».


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