APDHA denuncia la grave vulneración del derecho internacional humanitario en el caso del buque Aquarius
La embarcación inició su viaje hacia el puerto de Valencia a las 21.00 hora italiana (19.00 GMT). En el Aquarius viajan 106 inmigrantes, de ellos 51 mujeres, 45 hombres y 10 niños, mientras que el resto lo harán repartidos en la nave Orione de la Marina italiana y en la Dattilo de los guardacostas, en total 630 inmigrantes según un nuevo recuento.
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) ha denunciado en un comunicado las “vergonzosas” políticas europeas que “cierran la puerta a las personas” en situaciones de crisis humanitarias. En esta ocasión, se trata de las personas migrantes a bordo del buque Aquarius. Esta embarcación realizó, entre la noche del sábado y el domingo, seis operaciones de salvamento durante un total de nueve horas, bajo la dirección del dispositivo de salvamento marítimo italiano. El rescate, dificultoso y en condiciones peligrosas, permitió salvar la vida de 629 personas.
Para la APDHA, el principio de salvar vidas en el mar no puede ser cuestionado. “Es necesario aplicar el derecho del mar y llevar cuanto antes a un lugar seguro a estas personas”.
“Estamos frente a un imperativo humanitario muy urgente, que es la falta de provisiones en la embarcación Aquarius”, señala la organización. “Las discusiones acerca de quién tiene la responsabilidad tendrán que venir después”.
La APDHA expresa su “solidaridad y cercanía” a todas las ONG que, en estos momentos tan difíciles para el cumplimiento y garantía de los derechos humanos en Europa, “trabajan para llevar a las 629 personas rescatadas a un puerto seguro”. También critica que Italia y Malta, cerrando sus puertos, “no solo están privando de derechos humanos básicos a las personas migrantes, están además violando sus obligaciones de cumplimiento del derecho internacional”.
La asociación ve “intolerable” que 629 personas estén siendo “usadas como arma” en una guerra diplomática. “La ausencia de una política común europea en estos temas no la pueden pagar los seres humanos que llegan hasta Europa en la búsqueda de una nueva vida”, sentencian.
De esta manera, la APDHA denuncia que las personas migrantes a bordo del Aquarius se hayan convertido en víctimas de una guerra diplomática y geopolítica entre Italia, Malta y la Unión Europea.
Por un lado, Malta, “que no quiere y no puede acoger el barco”, ya que no tiene una zona de búsqueda y rescate propias –zona SAR– y siempre ha dependido de la coordinación italiana. Además, la organización pone de relieve que Malta aún no ha firmado algunos artículos de la Reglas de Hamburgo del 1979, marco jurídico de los conflictos internacionales marítimos, y tampoco el Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida en el Mar (SOLAS), en los que se indica que el desembarque tiene que producirse en el país que ha planeado las operaciones de búsqueda y salvamento. “En esta zona de mar, Italia ha sido la protagonista. Entonces, según el derecho internacional y la práctica jurídica, las operaciones planeadas por Italia deberían finalizar en algún puerto italiano”, ha subrayado APDHA. Pero el nuevo Ministro del Interior italiano anunció la prohibición de desembarcar en los puertos italianos y lamentó que a Italia “se la haya dejado sola” para hacer frente a la inmigración irregular. Por último, al margen de esta guerra diplomática, “tenemos a una Europa que ni siquiera ha hablado”.