Agencias •  Presidencia Ecuador •  Internacional •  13/10/2019

Lenín Moreno ordena el toque de queda y la militarización de las calles en Ecuador

El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, trata de contener la situación en el país mediante el despliegue de más mecanismos represivos al tiempo que ofrece un supuesto diálogo. La población responde al toque de queda con sonoras caceroladas.

Lenín Moreno ordena el toque de queda y la militarización de las calles en Ecuador

El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, decretó este sábado un toque de queda y militarización en Quito, para tratar de contener las masivas protestas que sectores populares que rechazan el paquetazo neoliberal.

“He dispuesto el toque de queda y la militarización de Quito y los valles. Empezará a regir a las 15:00. Esto facilitará la actuación de la fuerza pública frente a los intolerables desmanes de violencia”, anunciaba Moreno en su comunicado público.

Los manifestantes informaron que mantendrán en las calles y no permitirán que se les vulneren su derecho constitucional.

“Ciudadanos, tomaremos las medidas que sean necesarias, reestableceremos el orden como sea necesario (…) les prometo que de esto vamos a salir”, reiteraba el jefe del ejecutivo ecuatoriano.

Por su parte, el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE), Jaime Vargas, manifestó que ante el escenario sombrío algunos medios han emitido comunicados falsos y dan protagonismo a portavoces que no están autorizados para hablar en nombre del sector popular.

Desde que se decretó el Estado de Excepción, las protestas se han intensificado en los últimos diez días y los secotores exigen la derogación del paquetazo y por las garantías a la libre locomoción y derecho a las manifestaciones pacíficas.

Supuesta llamada al diálogo

El presidente ecuatoriano acompañó el anuncio del despliegue militar con una oferta al diálogo, asegurando que “por la paz y el futuro de nuestro país (…) revisaremos el Decreto 883 conforme al pedido de organizaciones indígenas y sectores sociales para asegurar que los recursos lleguen al campo”. En un intento por recuperar algo de crédito social, trató de apoyarse en las llamadas al diálogo de la Conferencia Episcopal y del Sistema de Naciones Unidas en Ecuador asegurando que el ejecutivo se encuentra abierto a la negociación.

Entre las propuestas que lanzó, un nuevo impuesto a grandes fortunas así como el establecimiento de un bono de 20 dólares a los empleados de grandes compañías, todas ellas medidas paliativas de los efectos previstos por el propio establecimiento del paquetazo en línea con las instrucciones del FMI.

A pesar de las supuestas llamadas al diálogo, Moreno continuó manteniendo un discurso beligerante y desacreditador de las movilizaciones, criminalizando a los manifestantes y postulando teorías de la conspiración sobre el origen de las protestas, afirmando la existencia de una “delincuencia política organizada” y su vinculación con “Correa y con Maduro”.

Aunque la CONAIE informó de que participará en el diálogo directo con Lenín Moreno, el Ejecutivo mantiene su postura de criminalizar a los manifestantes y ampliar la presencia de agentes militares en las ciudades.


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