ANF •  Internacional •  13/10/2020

Las canciones no se detienen en Heftanin (Kurdistán)

Los combatientes se aferraron a una canción y marcharon en Cenga Heftanin. Hace cuatro meses. Así empezó, ahora continúa la guerra y la canción.

Las canciones no se detienen en Heftanin (Kurdistán)

Recuerda el grito de Rustem Cûdî, el héroe del abismo, mientras cantaba en Xantur. Comenzó con la emoción de Yiğit Goran y sus camaradas cantando Bêrîtan; continúa con la misma emoción y determinación.

La guerrillera Cudi Çekdar, de Cizre. Cizre, donde el sacrificio del pueblo y la fe en la libertad de la juventud del Kurdistán se pudieron ver durante el ataque del ejército turco en el invierno de 2016. Cizre, que destaca por su resistencia en todos los períodos. La guerrillera Cudi vivió con su familia en Cizre en aquel entonces y fue testigo de lo que un espíritu libre puede hacer. «Yo también canté esta canción a los insurgentes de Cizre. Cizre conoce muy bien al enemigo y yo conozco muy bien a estos opresores. Por eso nunca debemos hacerles probar el placer de matarnos». Decidió ir a las montañas en aquel momento. Ahora está vengando a sus camaradas en Heftanin.

Estaba cansada cuando llegó a nosotros. Fue a explorar cada mañana, siguiendo al enemigo. Tierra en la punta de sus uñas, un color marrón claro o negro mezclado con tierra y pólvora en su cara. Justo en su frente y en el medio de ambas mejillas.

«¿Qué podemos hacer? Es la guerra, es normal, esto no es suciedad, es tierra, mira» me dice. Tiene prismáticos en el cuello y una pistola en la mano. Se sienta y cuenta lo que pasó sin descanso. Después de repartir su energía entre todos, sus amigos dijeron: «Sabes, la voz de Heval Cudi es muy hermosa, déjala cantar una canción». Esa mujer guerrillera llena de energía, va, tímidamente, incapaz de mirar a la cámara, sus mejillas blancas ennegrecidas por la tierra se volvieron rojas. Su voz también es clara y rebelde.

Primero inclinó la cabeza y rezó para que la tierra protegiera a sus camaradas perdidos. Recordó a sus camaradas que fueron inmortalizados mientras luchaban con los invasores, y dijo durante un largo instante, «Te has ido, pero continuaremos, no te preocupes por eso».

Luego giró la cabeza hacia el cielo, abrazando a todos sus camaradas.


Kurdistán /  Kurdos /