El Secretario General de Naciones Unidas pide a los líderes mundiales que declaren «el estado de emergencia climática»
- «¿Alguien puede negar todavía que nos enfrentamos a una emergencia dramática?», se preguntó António Guterres este sábado.
Los líderes mundiales deben declarar el estado de «emergencia climática» en sus países para prevenir las catastróficas consecuencias del calentamiento global, declaró este sábado el secretario general de la ONU, António Guterres, en la apertura de una cumbre climática.
«¿Alguien puede todavía negar que nos enfrentamos a una emergencia dramática?», se preguntó el diplomático vía video. «Es por eso que hoy hago un llamamiento a los líderes de todo el mundo para que declaren un estado de emergencia climática en sus países hasta que se alcance la neutralidad de carbono«, recoge sus palabras Reuters.
Este sábado, se cumple el quinto aniversario de la adopción del histórico Acuerdo de París sobre la crisis climática. Con este motivo, más de 70 líderes mundiales tomarán parte en una reunión virtual destinada a impulsar los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Aunque la pandemia de covid-19 ha aliviado temporalmente su impacto medioambiental, los niveles de dióxido de carbono siguen siendo muy altos, y la transición hacia un futuro con bajas emisiones no se desarrolla lo suficientemente rápido, advirtió Guterres.
El secretario general ve «inaceptable» que «los miembros del G20, en sus paquetes de rescate, estén gastando un 50 % más en sectores vinculados a la producción y al consumo de combustibles fósiles, que en energía baja en carbono».
Neutralidad de carbono para 2050
A través de un comunicado citado esta semana por varios medios, Guterres subrayó que el año 2021 representa una buena oportunidad, si bien inesperada, para «arreglar nuestro medio ambiente global y rediseñar las economías», al tiempo que destacó tres principios fundamentales para avanzar en esta dirección.
En primer lugar, formar una coalición «verdaderamente global», en la que todos los miembros adopten planes con el fin de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050; así como «alinear las finanzas globales» con el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible y, finalmente, ayudar a las naciones que «ya afrontan los terribles impactos del cambio climático».