Trump revisará la decisión de Obama de retirar a Cuba de la lista terrorista
Nominado como Secretario de Estado de EE.UU la emprende contra Rusia y Cuba.
Rex Tillerson, nominado para ser secretario de Estado de Estados Unidos, aseguró este miércoles que el presidente electo Donald Trump hará una “revisión de abajo a arriba” de la relación bilateral con Cuba, incluida la decisión de Barack Obama de retirar al país de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo.
“El presidente electo ha sido claro sobre que quiere iniciar una revisión de abajo a arriba sobre toda la relación con Cuba”, dijo Tillerson durante su audiencia de confirmación en el Senado estadounidense.
Ese esfuerzo incluirá una “revisión integral de las órdenes ejecutivas” adoptadas por el actual presidente de EE.UU., Barack Obama, y el Departamento de Estado “examinará cuidadosamente los criterios por los cuales Cuba fue eliminada” de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo y “si esa decisión fue apropiada”.
Obama ordenó en abril de 2015 la retirada de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, elaborada anualmente por el Departamento de Estado y en la que la isla permanecía desde 1982, lo que suponía la imposición de sanciones como la prohibición a la venta de armas y a la ayuda económica.
La salida de esa lista era un reclamo del Gobierno cubano desde hacía años, y La Habana lo consideraba imprescindible para avanzar en el proceso de normalización de las relaciones bilaterales que ambos países iniciaron a finales de 2014.
Las razones de EE.UU. para mantener durante tantos años a Cuba en la lista eran su presunta acogida a miembros de la organización terrorista vasca ETA y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), además de a algunos fugitivos de la Justicia estadounidense.
Preguntado por el senador republicano Marco Rubio por si, en el caso de que el Congreso estadounidense apruebe el levantamiento del embargo a Cuba y “no ha habido cambios democráticos en la isla”, Tillerson aconsejaría a Trump que vetase esa ley, el nominado a secretario de Estado respondió: “Sí, lo haría”.
Tillerson subrayó que Estados Unidos “no puede ignorar la ley” y debe ajustarse a lo establecido en medidas como la Ley Helms-Burton, que codificó el embargo en 1996 y estipula que las restricciones económicas deben mantenerse en vigor hasta que Cuba cumpla ciertas condiciones, entre ellas que la familia Castro abandone el poder.
Cualquier modificación de esa base legal sobre la política hacia Cuba “debería hacerla el Congreso”, según Tillerson, que se comprometió a aplicar estrictamente la ley.
También criticó que Obama no condicionara la normalización de las relaciones a que Cuba le entregara algunos fugitivos de la Justicia estadounidense, y aseguró que quiere conversar sobre la política hacia la isla con Rubio y el senador demócrata Robert Menéndez, dos de los mayores críticos del acercamiento bilateral.
“Nuestra reciente relación con el Gobierno de Cuba no estuvo acompañada por ninguna concesión significativa en cuanto a derechos humanos. No les hemos hecho rendir cuentas por su conducta. Sus líderes recibieron mucho, mientras que su pueblo recibió poco”, dijo Tillerson al comienzo de la audiencia de confirmación.
Esas declaraciones encajan con la línea adoptada hacia Cuba por el presidente electo Trump, quien a finales de noviembre amenazó con poner fin al acercamiento diplomático a Cuba a no ser que el Gobierno cubano firmara con él “un acuerdo mejor”.