Congresistas de EE.UU. proponen nuevas sanciones contra Rusia
Un grupo de congresistas estadounidenses propuso sancionar al sector gasífero de Rusia, ahora bajo el nuevo argumento de su ''injerencia en instituciones democráticas en el extranjero''.
En medio de la directa y abierta intromisión de Estados Unidos en la crisis política venezolana, los congresistas consideran que, como castigo a la presunta injerencia rusa, se le debe imponer sanciones a empresas nacionales encargadas de construir nuevas plantas de gas comprimido.
Washington aspira imponerse como exportador mundial del referido gas y por ello busca impedir la terminación del gasoducto Torrente Norte 2, que se extendería de Rusia a Alemania, a través del mar Báltico, y de dificultar la tecnología de gas comprimido en Rusia, indican analistas.
Congresistas republicanos y demócratas proponen aplicare sanciones contra los bancos rusos que, según ellos, participan en la ruptura de la democracia en otras naciones, destacó la televisión capitalina.
En coincidencia con esas propuestas, Rusia denunció esta semana la injerencia directa de la Casa Blanca en la crisis en Venezuela, con la congelación de cuentas del legítimo gobierno de ese país, y condenó una eventual acción bélica contra Caracas.
Además, Moscú en todo momento rechazó las acusaciones infundadas de Estados Unidos, donde una comisión investigadora fue incapaz de presentar en dos años algún documento concreto que confirme la supuesta injerencia rusa en sus asuntos internos, incluidas las presidenciales de 2016.
Sin embargo, los referidos congresistas insisten en la imposición de sanciones contra esta nación, incluido lo referido a la deuda soberana de Rusia, y contra sus inversiones para la construcción de terminales de gas comprimido en otros estados.
Recientemente, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, denunció el empleo por Estados Unidos de la política de sanciones para obtener ventajas económicas en el mercado mundial, tanto en la esfera de los hidrocarburos como en el de la industria militar.
Las propuestas de las congresistas también emplean el argumento del supuesto impedimento de Rusia a la circulación marítima por el estrecho de Kerch y para ello proponen castigos contra empresas navieras de esta nación.
El mar de Azov, cuyas aguas comparten Rusia y Ucrania y por ello se considera una cuenca interna, esta separado del mar Negro por el estrecho de Kerch, donde Rusia construyó el puente de Crimea, para unir esa península con el resto del territorio continental.
Ucrania desconoce el referendo del marzo de 2014, en el que la gran mayoría de la población se pronunció por la salida de ese país y el regreso a la jurisdicción rusa.
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