Redacción •  Sylvain Cherkaoui / ACNUR •  Internacional •  14/03/2020

La violencia en Burkina Faso fuerza el retorno de los refugiados malienses

En los últimos 17 días, cerca de 14.000 personas han huido de sus hogares en Burkina Faso y el número de personas desplazadas internas ya asciende a 780.000. Los conatos de violencia recientes han forzado a más de 1.600 personas a buscar refugio en el vecino Malí.

La violencia en Burkina Faso fuerza el retorno de los refugiados malienses

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados,La inseguridad en Burkina Faso está forzando a un número cada vez mayor de personas a huir de sus hogares, quienes buscan un lugar seguro dentro del país o huyen a Malí como refugiados. Al mismo tiempo, un amplio número de refugiados malienses considera que es más seguro volver a su país de origen antes que permanecer en Burkina Faso, lo que resulta preocupante. 
 
En los últimos 17 días, cerca de 14.000 personas han huido de sus hogares en Burkina Faso y el número de personas desplazadas internas ya asciende a 780.000. Los conatos de violencia recientes han forzado a más de 1.600 personas a buscar refugio en el vecino Malí. 

Dicha inseguridad complica asimismo las condiciones de vida de las personas refugiadas malienses que han buscado protección en Burkina Faso, y supone una amenaza para los esfuerzos en marcha encaminados a que puedan reconstruir sus vidas. Burkina Faso acoge a más de 25.000 personas refugiadas de Malí, pero muchas están escogiendo volver a su país de origen a pesar de la inseguridad que también se vive allí.

Desde ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, continúa la preocupación por el dramático incremento de los desplazamientos forzados en el Sahel y reitera su llamado a la protección de la población civil y de quienes huyen de la violencia. El personal humanitario necesita poder acceder de forma segura para la distribución de ayuda. La respuesta ampliada de ACNUR ante la crisis se centra en ofrecer protección y artículos de emergencia a quienes se ven obligados a huir y a las comunidades que les acogen, y cuenta con un enfoque especial hacia el alojamiento, la educación, la violencia sexual y de género y en reducir el impacto medioambiental.

En noviembre del año pasado, ACNUR se vio forzado reubicar temporalmente a su personal desde Djibo, población al noreste del país. Desde entonces, la distribución de ayuda en el campo de Mentao, en el que se encuentran 7.000 personas refugiadas, se ha realizado de forma esporádica, incluyendo la distribución de alimentos.   
 
Este mes se han producido episodios de violencia preocupantes alrededor de Dori, también al noreste. Campos de refugiados y pueblos han sido blancos de ataques. Las personas que se encuentran allí no pueden acceder a mercados ni escuelas, y se presentan pocas oportunidades para poner en marcha actividades que ayuden a salir adelante a las familias. La salud también está en peligro, ya que a principios de mes se produjo el robo la única ambulancia disponible en el campo de refugiados.  Cerca del 70% de los 8.781 refugiados que viven en Goudoubo han tomado la decisión de dejar el campo de forma voluntaria, bien para regresar a Malí (el 57% de estas personas) o bien para ser reubicados en otras localidades de Burkina Faso (el 13%). 

Cerca de 700 personas refugiadas malienses ya se han marchado en camiones rumbo a la región de Gao, al norte de Malí. Las personas refugiadas que deciden regresar reciben un Formulario de Repatriación Voluntaria, un documento que les permite viajar y recibir un ingreso único para cubrir los gastos de transporte y algunos de los artículos que necesiten de forma urgente. Además, reciben información completa sobre la situación volátil y de inseguridad en sus lugares de origen, o la zona a la que vayan a regresar antes de que retornen de forma voluntaria. Ni las agencias humanitarias ni las fuerzas de defensa malienses tienen acceso a algunas de las poblaciones en N’tilit y en Ngossi.

En Malí, con la llegada de los primeros retornados, ACNUR está reforzando su presencia junto con sus socios en las áreas de N’tillit, Gossi, Gao y Tombuctú. Se han identificado 28 puntos de registro para monitorizar la situación en los puntos de entrada y en las áreas de recepción. Una vez que las personas se registran, los retornados recibirán asistencia económica en efectivo para facilitar su reintegración de forma digna y reduciendo su situación de vulnerabilidad. 

Mientras que las personas refugiadas malienses huyen de la inseguridad en Burkina Faso, los nuevos refugiados llegados desde este país han huido hacia Koro, en el círculo de Bankass cerca de Mopti. Los equipos de ACNUR se encuentran en el terreno con las autoridades locales para proceder a su registro y evaluar sus necesidades para proporcionar una respuesta rápida.


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