Berlín se lanza a una nueva revolución sufragista

Cuando se piensa en el sufragio universal, se suele entender que este es el que da derecho al voto a todas las ciudadanas, independientemente de su sexo, a partir de una edad determinada (en algunos lugares 16 años, en otros 18, en otros 21). Sin embargo, en una sociedad en la que los flujos migratorios hacen que la población tenga diversos orígenes, ¿se puede considerar democrático que un quinto de la población no pueda votar?

Esta es la pregunta que se hace Demokratie für alle, una iniciativa que por la vía de la consulta popular pide que se modifiquen las leyes necesarias y se apliquen, para ampliar el derecho al sufragio de una buena parte de la población. A iguales deberes, iguales derechos. Por eso, la iniciativa pide que cualquier persona que tenga fijada su residencia en Berlín, independientemente de su nacionalidad, pueda votar después de vivir tres años en la ciudad en elecciones comunales (distritos), berlinesas (Land), federales (Alemania) y europeas. La iniciativa considera que hay una enorme carencia democrática, cuando 600.000 personas, un quinto de la población, no puede votar al no tener el pasaporte alemán. Hasta ahora, solamente se amplía el derecho al voto a ciudadanía de la UE para elecciones comunales y elecciones europeas (en estas últimas la persona puede elegir si votar en su país de origen o de residencia). Este tipo de legislación existe ya en algunos países como Nueva Zelanda (1 año de residencia) o Chile (5 años de residencia).

La iniciativa propone además que se baje la edad de voto a los 16 años para las elecciones al Land de Berlín (aquellas para las que tiene competencia el Senado de la ciudad), la misma edad que para las elecciones comunales (a ayuntamientos de distritos). Si una persona puede trabajar a los 16 años, ¿por qué no podría tener derecho al sufragio? Finalmente, se propone también la digitalización de ciertos trámites en las consultas populares, como es la recogida de firmas para la celebración de referéndum, sin eliminar la posibilidad de que se firme de forma presencial.

De este modo, Berlín se quiere lanzar a una nueva revolución sufragista, que amplíe el derecho al voto a todas las personas que vivan en la ciudad a partir de 16 años, independientemente de una nacionalidad y un pasaporte, que sirven como resortes conservadores del Estado-nación y de las democracias liberal-burguesas. Se trata de una revolución democrática que inicia su andadura en la capital alemana y que, si aspiramos a una sociedad en la que seamos libres e iguales, debería extenderse a otros Länder alemanes y a otros países.

El 25 de marzo sabremos si Demokratie für alle «Democracia para todos» es una iniciativa con recorrido en Berlín.