Perú reivindica justicia por las muertes a manos de la policía en el primer aniversario de las movilizaciones del 14N
Una marcha multitudinaria transmite la indignación de los manifestantes por la impunidad que persiste transcurrido un año de los hechos.
Miles de peruanos participaron este sábado en la marcha ‘Un año sin justicia’ que conmemora un año de la muerte de los jóvenes Inti Sotelo y Bryan Pintado a causa de la represión a las protestas sociales que obligaron a renunciar al presidente conservador Manuel Merino.
Los manifestantes recorrieron el centro de la capital, Lima exigiendo justicia por la muerte de los estudiantes que fueron abatidos por la Policía.
Tras casi dos horas de marcha, los manifestantes llegaron hasta el sitio donde fue asesinado Inti Sotelo, donde guardaron un minuto de silencio en memoria del joven.
La manifestación exigieron también reparaciones para las familias de las víctimas y heridos de la represión.
La marcha expresó la indignación de los manifestantes por la impunidad que persiste transcurrido un año de los hechos, pues una investigación a seis policías, entre ellos cuatro generales señalados como responsables de las muertes, derivó en el archivamiento del caso.
Al confirmar la actual situación del caso, el ministro del Interior, Avelino Guillén, anotó que la investigación pasó a una instancia policial superior que revisa la decisión previa.
También, una indagación de la fiscal peruana, Zoraida Ávalos, culminó con una acusación contra el expresidente Merino y quienes fueron su primer ministro, Ántero Flores-Aráoz, y titular del Interior Gastón Rodríguez, por los muertos heridos en la represión de noviembre de 2020.
Las protestas contra Manuel Merino y su gabinete se desataron después que asumió la presidencia, el 10 de noviembre de 2020, en reemplazo del destituido Martín Vizcarra, en medio de denuncias de una conspiración golpista de ese sector político.
Merino renunció cinco días después bajo la presión de las grandes manifestaciones en su contra en todo el país y negaron su responsabilidad en la represión que tuvo su jornada más virulenta el día 14, cuando murieron Sotelo y Pintado.