La crisis en Tigray amenaza con reactivar el conflicto en Etiopía
- Las divisiones internas en el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF) y otras violaciones que comprometen el Acuerdo de Paz de Pretoria (COHA) fueron el centro de debates durante la semana que hoy concluye en Etiopía.

El ministro de Asuntos Exteriores etíope, Gedion Timothewos, instó a la comunidad internacional a discernir y distinguir entre quienes obstaculizan el COHA y quienes intentan implementarlo fielmente, así como a apoyar el proceso para que siga adelante.
Timothewos reveló a los diplomáticos acreditados en el país las múltiples violaciones del acuerdo por parte de una facción del TPLF y solicitó respaldo urgente para evitar la reanudación del conflicto que concluyó el 2 de noviembre de 2022.
Como «infracciones graves», acusó a una facción del Frente tigrayano de intentar desmantelar la administración provisional mediante la violencia, colaborar con fuerzas externas hostiles a Etiopía y retrasar el regreso de los desplazados internos.
También destacó el descarrilamiento del proceso de Desarme, Desmovilización y Reintegración y la negativa a adherirse a las directrices de la Junta Electoral Nacional.
«Estas no son solo infracciones menores, son violaciones graves que amenazan los cimientos mismos del Acuerdo de Pretoria”, enfatizó.
El jefe de la diplomacia etíope criticó las declaraciones que culpan a ambas partes, argumentando que dicha retórica envalentona a los agentes del caos y socava los esfuerzos para implementar el acuerdo.
Por su parte, el Administrador Jefe Interino de la Región de Tigray, Getachew Reda, ofreció un informe detallado del deterioro de la seguridad en ese territorio en el norte del país y confirmó que una facción del TPLF tomó por la fuerza estructuras administrativas, detuvo a los designados por la autoridades locales y recurrió a la violencia contra los manifestantes.
“Hemos llegado a un punto en el que la administración interina no puede llevar a cabo sus actividades diarias”, denunció.
Reda advirtió que la situación podría conducir a un colapso total del orden público y potencialmente reavivar el conflicto, al tiempo que expresó su preocupación por la participación de actores externos, describiéndola como una mezcla tóxica contraria a los esfuerzos para estabilizar la región.
Se refirió a las divisiones internas dentro del liderazgo de la región tigrayana, en particular dentro del TPLF, como un factor importante que contribuye a la inestabilidad.
Reveló que una facción buscó apoyo de fuerzas externas, lo que complica aún más la situación.
“Esto no es compartido por todos los miembros del liderazgo, pero algunos miembros influyentes albergan tales ilusiones”, recalcó.
Consideró que, con el apoyo de la comunidad internacional y la acción decisiva del gobierno federal, se pueda restablecer la paz y la estabilidad en la región.
La víspera, un comunicado del El Departamento de Asuntos Políticos, Paz y Seguridad de la Unión Africana (UA) informó que la organización continental sigue de cerca esa situación e instó a todas las partes implicadas a actuar con moderación y a entablar un diálogo constructivo.
Ante los acontecimientos actuales, pidió encarecidamente a las partes a que cumplan las obligaciones consagradas en el COHA entre el TPLF y el Gobierno de Etiopía.
Enfatizó que la adhesión al acuerdo es crucial para mantener la paz lograda con tanto esfuerzo y fomentar un entorno propicio para su consolidación sostenible, la reconciliación y el desarrollo.
Por último, la UA reafirmó su apoyo a la implementación de ese convenio y seguirá acompañando a las partes en todo este proceso.
A través del Grupo de Alto Nivel, la organización continental está dispuesta a continuar facilitando el diálogo y la cooperación, concluyó el texto.