La mujeres indígenas presentan batalla a Bolsonaro en Brasilia
La tradicional Marcha de las Margaritas, un encuentro interanual sobre los derechos de la mujer celebrado en Brasilia, se ha convertido este año en una movilización masiva contra las políticas del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
La Marcha de las Margaritas, un tradicional encuentro celebrado cada cuatro años y centrado en los derechos de las mujeres, se ha convertido este año en la mayor movilización de protesta contra el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
Según las organizadoras, 100 000 personas se desplazaron a la capital para acudir a la movilización de protesta, una cifra que las autoridades policiales redujeron a cerca de 20 000 pero que, en cualquiera de los casos, constituye la mayor protesta realizada en Brasilia desde que Bolsonaro asumió el poder, en enero pasado.
En la protesta, las mujeres han denunciado las medidas reaccionarias impulsadas por el Gobierno en el campo, que favorecen a los grandes productores y relegan a la agricultura familiar, y los planes de promover la explotación de minerales en la Amazonia, donde se asienta la mayoría de las reservas indígenas. Muchas indígenas que habían participado el martes de otra marcha denunciando las «políticas genocidas» del gobierno basileño, se sumaron a la protesta.
La masiva protesta ha reunido también a representantes de los partidos de la oposición del país latinoamericano, entre ellos el Partido de los Trabajadores (PT), cuyo máximo líder, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, está en prisión por supuestos cargos de corrupción desde abril de 2018.
Se estima que la protesta es la mayor realizada durante el mandato de Bolsonaro y que ha sido convocada en momentos en que la popularidad del presidente, un capitán retirado del Ejército, está en declive, pues según varios sondeos le adjudican tan solo un apoyo de cerca del 30 % de los brasileños.
Además, conforme a las últimas encuestas, Bolsonaro, conocido por su discurso misógino y racista, así como por su defensa del derecho a portar armas, sigue siendo el presidente que durante su primer semestre de mandato ha recibido la peor evaluación desde el año 1990.