Falta de consenso en la UE aleja embargo petrolero a Rusia
La reticencia de Hungría a aprobar las sanciones que propone la Unión Europea (UE) al petróleo ruso, aleja por ahora esa posibilidad y obliga hoy al mecanismo regional a buscar el consenso necesario hacia ese objetivo.
Tras su llegada a una reunión del Consejo de ministros de Relaciones Exteriores del mecanismo integracionista, el alto representante comunitario para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, reconoció la imposibilidad de que el gobierno de Budapest prescinda por ahora del suministro de hidrocarburos desde Moscú.
Rusia provee más del 60 por ciento del combustible que consume Hungría por lo que el ejecutivo del primer ministro, Viktor Orban, mantiene su veto al nuevo paquete de sanciones que propone el mecanismo comunitario contra el gigante eslavo.
Tenemos que convencer a 27. Entre ellos algunos tienen más problemas que otros. Es una situación objetiva que algunos Estados miembros afrontan más dificultades, afirmó el diplomático en esta ciudad belga, sede del mecanismo integracionista.
Tras el lanzamiento de la operación militar de Moscú en Ucrania a finales de febrero, la UE y Occidente impusieron a Rusia cinco paquetes de sanciones con el objetivo declarado de aislar económicamente a esa nación.
El Kremlin afirmó reiteradamente que el despliegue respondió a una solicitud de los gobiernos de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk y no está dirigido contra la población civil, sino que busca inutilizar la infraestructura bélica de ese país.
Los territorios del Donbass sufrieron el asedio militar de Kiev por ocho años bajo la mirada de la UE y otros actores internacionales que no intervinieron.
Por otra parte Rusia advirtió además sobre la expansión de las tropas de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) hacia su territorio y países como Polonia y Rumanía aceptaron efectivos y armamento de la alianza atlántica.
Esas mismas naciones encabezan hoy la lista de receptores de migrantes desde Ucrania que por millones huyen de las zonas en conflicto.
Como parte de las opciones para lograr el consenso necesario para aprobar el sexto paquete sancionatorio contra Moscú, la UE ofreció a Hungría, la República Checa y Eslovaquia un período adicional de 12 meses para adaptarse y eliminar gradualmente las importaciones de petróleo ruso, pero el primer país ya dejó claro que considera el plazo insuficiente.
Orban, de su lado, exigió una exención del embargo durante al menos cuatro años, y solicitó 800 millones de euros con vistas a adaptar su infraestructura de refinado, diseñada para el hidrocarburo proveniente del gigante eslavo.
Pero el resultado de un embargo al petróleo ruso tendrían también un efecto contra la UE, advertido entre otros actores por la titular de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, quien aseguró que las normativas se implementarán tras asegurar rutas de suministro alternativas a fin de minimizar sus consecuencias para los mercados globales.
Su propuesta consiste en eliminar las entregas rusas de petróleo en un período de seis meses y los productos derivados del crudo para finales de año.
En tanto desde mediados de abril el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que las posibles sanciones al sector energético de su país podrían conducir al aumento de los suministros de hidrocarburos a otras regiones del mundo, y alertó sobre las afectaciones que sufrirían millones de europeos.
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