«Situación en los campos de refugiados que la Unión Europea paga con nuestros impuestos»
La mala comida, en cantidades irrisorias, se sumaba a la violencia psicológica en el lugar, siempre según los testimonios de las personas residentes de Principovac. Según las personas que viven en el campo, no hay respeto hacia ellos ni hacia sus culturas, ya que la huelga fue porque unos días antes los guardias les habían dado carne de cerdo para comer, a pesar de saber que los habitantes de este campo son en su mayoría musulmanes.
17 de febrero de 2023. Serbia- Fronteras de la Unión Europea. Las personas refugiadas o que están migrando, en busca de asilo, se ven forzadas en muchas ocasiones a vivir en lugares a los que comúnmente se conoce como “campos o campamentos de refugiados”. Y queremos compartir contigo cómo son las condiciones de vida en uno de estos campos con este vídeo:
La Unión Europea, como parte de su política fronteriza, cierra estas fronteras mientras envía dinero a lugares donde la gente, atrapada tras ellas, pueda alojarse.
Un grave problema de estos campamentos es que, a pesar del gasto que la UE realiza, las condiciones que ofrecen a sus residentes son motivo de queja constante por las personas obligadas a vivir ahí. En algunos campamentos viven solo personas adultas y menores que viajan no acompañados, en otros familias con niños y niñas.
La huelga realizada por los habitantes del campamento de refugiados de Principovac – a finales de 2022- rompió un falso equilibrio que existía entre la violencia y el silencio hacia esta violencia.
La mala comida, en cantidades irrisorias, se sumaba a la violencia psicológica en el lugar, siempre según los testimonios de las personas residentes de Principovac. Según las personas que viven en el campo, no hay respeto hacia ellos ni hacia sus culturas, ya que la huelga fue porque unos días antes los guardias les habían dado carne de cerdo para comer, a pesar de saber que los habitantes de este campo son en su mayoría musulmanes.
Además, Muchos de los chicos con los que hablamos que allí viven, están convencidos de que las comidas llevan algún tipo de tranquilizante para sedarlos. Uno de ellos jura que lo ha visto y que ha sentido sus efectos. La acusación es grave, pero no descabellada. Hay informes sobre cárceles de países como Italia que han podido comprobar que las comidas llevan algún tipo de tranquilizante, sin aviso y sin permiso de los residentes del lugar, de las personas que comen esos alimentos.
Una persona ajena a No Name Kitchen obtuvo este vídeo y nos compartió para hacer pública la situación de estos lugares que la Unión Europea paga y que están destinados a que duerman ahí personas que han escapado de países en guerra, conflictos o gobiernos autoritarios como Afganistán, Marruecos, Siria o Argelia.