El asesinato del bebé Samuel sacude a la opinión pública colombiana
El asesinato de un bebé de siete meses ha supuesto un impacto para la opinión pública colombiana, habitualmente indiferente a la violencia política que ya se ha cobrado la vida de más de 40 líderes sociales en lo que va de año. Incluso el presidente Iván Duque se ha visto obligado a condenar el atentado y anunciar que se tomarán medidas legales para perseguir a los responsables.
El asesinato de Samuel David González, un bebé de siete meses de edad, hijo de un exguerrillero de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ha conmocionado a la opinión pública colombiana. Habitualmente indiferente a los asesinatos, la violencia política y el acoso que se vive en las zonas rurales del país, el caso del bebé Samuel ha irrumpido en el debate, llevando incluso al presidente Iván Duque, noto por su conocida oposición a los acuerdos de paz con las FARC, a condenar el atentado y prometer medidas para perseguir a los autores de los asesinatos de exguerrilleros.
El sábado pasado, el exguerrillero Carlos Enrique González y su pareja Sandra Pushaina llevaron al pequeño Samuel a conocer a su abuela en el municipio de Maicao, departamento de La Guajira, en la frontera con Venezuela. Cuando se preparaban para dormir, un grupo de hombres comenzó a disparar hacia la casa en donde dormía la familia González. Carlos recibió dos disparos, mientras que a Sandra una bala le atravesó la pierna, igual que a Samuelito.
El asesinato de Samuelito ha conmocionado al país entero y provocó reclamos al Gobierno colombiano, que no ha podido garantizar la seguridad de los excombatientes ni de sus familias.
Carlos Enrique González, un excombatiente de las FARC, a quien llamaban ‘Gustavo’, había dejado las armas dos años antes y vivía en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de Tierra Grata —un espacio que ayuda a los exguerrilleros a reincorporarse a la vida civil— en compañía de su hijo.
«Con su corta vida Samuel nos deja reflexiones sobre las contradicciones de estos tiempos. Nacer como símbolo de esperanza de la construcción de Paz y morir asesinado para recordarnos que las condiciones de convivencia están distantes aun, en medio de un orden social en plena decadencia», expresó el ETCR en un comunicado de prensa.
Asesinatos de exguerrilleros
Este miércoles, el presidente de Colombia, Iván Duque, condenó el asesinato de Samuel David y se comprometió a que el caso «no quedará impune».
«Repudiamos asesinato de Samuel David, de 7 meses, hijo de desmovilizados que decidieron genuinamente reincorporarse a vida civil. Condenamos este acto que no quedará impune. Solicito a autoridades avanzar en investigaciones para dar con responsables. Solidaridad con esta familia», tuiteó el mandatario.
La vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, exigió en su cuenta de Twitter parar los asesinatos de los niños en Colombia. «Ningún niño en Colombia debe morir por violencia, odio o intolerancia. También nos duelen los niños de las FARC«, tuiteó.
Benedicto González, representante del partido FARC, creado tras los acuerdos de paz, cuestionó: «¿Cuánto dolor más, cuántas tragedias más para garantizar la vida de nuestros ex guerrilleros/as?». Su compañero de partido, Omar Restrepo, señaló que el compromiso de las FARC con la paz «no merece nunca la pérdida de ninguna otra vida». Desde los acuerdos de paz firmados entre las extintas FARC y el Gobierno colombiano, 128 exmiembros guerrilleros han sido asesinados.