Brasil / 28 de abril: cuatro propuestas para la construcción de la huelga general
Editorial del portal Esquerda online, de Brasil, 18 abril 2017.
La lucha de clases ganó ímpetu en las últimas semanas. Los desequilibrios se acentuaron y el cuadro político revela una coyuntura de desdoblamientos imprevisibles. Abril promete inaugurar un otoño caliente. En ese sentido, la huelga general marcada para el final del mes, aparece como un momento clave, en el cual la clase trabajadora puede comenzar a doblar el juego.
Faltan cuatro semanas para el 28 de abril. Todavía la fecha de la huelga general está distante, ese necesario aprovechar cada día para intensificar su construcción. Esa es la tarea central del momento. El éxito de la huelga pasa por el movimiento activo de la base de los trabajadores y por la conquista de una amplia mayoría de la población.
Con el objetivo de la preparación del día 28 de abril, presentamos cuatro pasos para la construcción de la huelga general.
1) Ganar el apoyo de los trabajadores y de la población
El primer paso consiste en la más amplia divulgación de los objetivos de la huelga general para el conjunto de los trabajadores y el pueblo. Muchas personas, aunque contrarias al gobierno, no saben bien las reales consecuencia del paquete de Reformas, y saben menos de la importancia de la huelga para derrotar los proyectos.
Por eso, todas las entidades sindicales y populares, los movimientos sociales y los colectivos contra la opresión, los partido de izquierda y las direcciones políticas, deben usar todos los medios posibles para hacer la disputa de conciencia. Las volanteadas en los locales de trabajo y estudio, las conversaciones y reuniones en los barrios, las agitaciones en las principales concentraciones populares (metro, ferias, avenidas) y el uso de las redes sociales son esenciales. Las actividades culturales y sociales, así como los debates públicos y conferencias, también ayudan mucho en la construcción de huelga.
2) Organizar por la base ya
El éxito de la huelga general depende, en gran medida, del involucramiento activo de los trabajadores y de la juventud. Por eso, no basta que las centrales y los sindicatos “decreten” el día de la huelga, como una orden burocrática que viene de arriba hacia abajo. Es preciso comprometer a la base de los sectores trabajadores, a los alumnos en la salida del aula, a los vecinos en los barrios.
En ese sentido, la existencia de asambleas, plenarios, comités de preparación, reuniones ampliadas, en fin, todas las formas de organización democrática que permitan que la base participe del proceso de construcción de la huelga son fundamentales. Cada lugar puede y debe definir la mejor forma de organización de acuerdo a su realidad específica.
3) Construir con unidad y democracia
Para que la huelga general sea fuerte, es muy importante que ella sea construida del modo más unitario y democrático posible. Todas las organizaciones, partidos, posiciones políticas, esto es, todos los sectores que estén empeñados en la construcción de la huelga, deben participar y ayudar a definir los rumbos del movimiento. La unidad en la diversidad es central y no impide el debate respetuoso y fraterno de las diferencias políticas e ideológicas que existen en la izquierda y en los movimientos.
Por otro lado, sin la construcción democrática, el movimiento se vacía y la huelga pierde intensidad. Es preciso que las bases puedan decidir sobre sus propias acciones. Sabemos que muchas direcciones sindicales y políticas simplemente ignoran los espacios democráticos y se imponen burocráticamente sobre el movimiento. No podemos aceptar ese tipo de conducta. Es necesario luchar por la máxima democracia en la construcción de la huelga general.
4) Estrategia para vencer: derrotar a Temer en las calles
La existencia de un día de huelga general es un paso cualitativo para el enfrentamiento contra las Reformas, pero no garantiza la victoria de nuestra lucha. Sin una estrategia consecuente para derrotar a Temer, el “28 de abril” puede ser un día de fuerte paralización y grandes manifestaciones, e incluso así el gobierno apruebe las medidas.
Teniendo en cuenta eso, la responsabilidad que pesa sobre las entidades sindicales, direcciones y organizaciones políticas -Lula, CUT, PT- es gigantesca.
Sin la masificación y la radicalización de la resistencia, no será posible triunfar. Temer cuenta con el apoyo de los grandes capitalistas, de la mayoría del Congreso y no le importa su impopularidad. Para derrotarlo será preciso derrumbarlo en las calles. Para tanto, las principales direcciones deben tener ese objetivo estratégico y luchar, de hecho, para concretarlo. Hacer apenas presión de desgaste y esperar las elecciones de 2018 es el camino hacia la derrota.
Traducción: Ernesto Herrera.