El Pentágono pide $ 300 millones para satélites con armas láser
El Departamento de Defensa de Estados Unidos (el Pentágono) pide una financiación de 304 millones de dólares para crear satélites armados con láser.
Según informó el martes la cadena estadounidense Fox News, las Fuerzas Armadas de EE.UU. han pedido que en el presupuesto militar del año fiscal 2020 se dedique 304 millones de dólares para realizar pruebas e investigaciones sobre la posibilidad de crear satélites que tengan armas láser.
Más precisamente, las FFAA estadounidenses creen que podrían crear un satélite capacitado para disparar rayos láser suficientemente potentes para destruir misiles balísticos cuando estos pasan por el espacio para después reingresar en la atmósfera.
“Creemos que ya tenemos la capacidad de crear un arma láser lo suficientemente compacto y pequeño para ponerlo sobre un satélite y enviarlo a la órbita”, ha dicho un oficial de alto mando estadounidense citado por dicho medio.
Al mismo tiempo, los investigadores estadounidenses tratarían de crear una bomba de partículas que pueda destruir misiles balísticos mediante el uso de partículas subatómicas potentes y que también pueda tener otros usos.
El Pentágono cree que por medio del desarrollo de estas nuevas armas orbitales podría crear un sistema de defensa de misiles más poderoso que los actuales y, además, le sería mucho más fácil neutralizar los lanzamientos de misiles balísticos por parte de sus adversarios como Rusia y China o Corea del Norte.
En los últimos años y debido a los avances de Rusia y China en el ámbito espacial, Estados Unidos también ha tratado de apresurarse a mantener una presencia militar activa en el espacio, hecho que de por sí ha aumentado las tensiones de EE.UU. con los citados países de manera significativa.
Aun así, Washington ha estado actuando más agresivo en este tema dado que en junio de 2018 el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó a su Departamento de Defensa la creación de una Fuerza Espacial, que sería la sexta rama de las Fuerzas Armadas norteamericanas.
La decisión de Washington, presagio de una futura guerra espacial, provocó una ola de críticas. Moscú y Pekín censuraron el proyecto estadounidense que, de implementarse, infringiría el tratado que prohíbe la militarización del espacio, suscrito en 1967 por más de cien países, incluido el mismo EE.UU.
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