Redacción •  Internacional •  20/06/2018

Greenpeace acusa de ecopostureo al BBVA por contribuir a la destrucción medioambiental en países como Canadá mientras asegura defender el planeta

  • El banco financia, a través de su filial en EE.UU., al sector constructor de oleoductos en Canadá que representan altos riesgos para el medio ambiente.
  • Los oleoductos transportan petróleo de arenas bituminosas, altamente contaminantes y nocivas para el clima.
Greenpeace acusa de ecopostureo al BBVA por contribuir a la destrucción medioambiental en países como Canadá mientras asegura defender el planeta

Greenpeace lamenta que el banco BBVA haya adoptado una postura poco constructiva y de ecopostureo, ya que asegura tener una política de respeto al medio ambiente mientras financia proyectos altamente nocivos para la naturaleza. La denuncia de Greenpeace se produce después de que el banco persista en su actual política de apoyo financiero, a través de su filial en EE.UU., BBVA Compass, a empresas constructoras de infraestructuras de transporte de gas y productos petroleros, entre ellas para el transporte de las contaminantes y dañinas arenas bituminosas de la provincia de Alberta, en Canadá, donde ya se han destruido 140.000 kilómetros cuadrados.

BBVA financia a la empresa Kinder Morgan Inc. (KMI), que tiene una participación del 70% en su filial canadiense Kinder Morgan Canada (KML). Además, BBVA Compass continúa financiando a la empresa Energy Transfer Partners (ETP), en su proyecto de oleoducto de Dakota (Dakota Access Pipeline (DAPL), así como otros préstamos corporativos generales para ETP y empresas relacionadas. Conviene recordar que ETP está intentando intimidar y silenciar a la sociedad civil llevando ante los tribunales a los colectivos de la sociedad civil, incluida Greenpeace, acusando a estas organizaciones civiles de “organización criminal” e interponiendo demandas e invocando una legislación anti mafia.

“Por un lado, BBVA quiere dar una imagen verde y asegura que excluye a clientes y/o transacciones involucradas en la ‘exploración y producción de arenas bituminosas’, pero por otro se implica en la financiación directa o indirecta de su transporte e infraestructuras, lo cual es como predicar una y hacer lo contrario”, ha comentado Miguel Ángel Soto, portavoz de Greenpeace. “Además, el banco no ha descartado públicamente la financiación de los otros dos oleoductos de arenas bituminosas propuestos, el Keystone XL y/o Línea 3”.

Greenpeace demanda a esta entidad bancaria coherencia entre su actividad financiera real y sus políticas y compromisos de responsabilidad corporativa.

“BBVA podría hacer por el planeta mucho más que presentarse ante la sociedad como un emisor de bonos verdes para la lucha contra el cambio climático y debería dejar de financiar a la industria petrolera y sus infraestructuras de transporte”, ha declarado Soto.

Más información sobre el BBVA y sus prácticas en el dossier El oscuro secreto del BBVA. Los destructivos oleoductos de Canadá.


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