Jaime Martínez •  Internacional •  10/10/2019

El alquiler en Berlín, campo de batalla entre españoles en Facebook

La desesperación de quien no tiene un piso donde vivir, el oportunismo de los agentes inmobiliarios, la lucha social y la agresividad convierten grupos de Facebook de españoles y españolas residentes en la capital alemana en un campo de batalla.

El alquiler en Berlín, campo de batalla entre españoles en Facebook

Estos días se debate en Berlín una de las medidas más importantes para la regulación del precio de los alquileres: el Mietendeckel (literalmente «la tapa del alquiler»). La senadora de vivienda de Die Linke, Katrin Lompscher, ha tocado hueso con un plan no solo para prohibir la subida de los precios de los alquileres durante cinco años, sino para reducir el precio del mismo por debajo de 10€/m2 (cuando en algunos barrios supera los 13€/m2), así como para regular que el alquiler no suponga más de un 30% de los ingresos del núcleo familiar, aun cuando suponga reducciones del precio del alquiler sobre contratos ya firmados. No parece hasta el momento que el alcalde-presidente de la capital berlinesa, Michael Müller (Partido Socialdemócrata), esté muy por la labor, a pesar de que la urgencia de medidas radicales es un hecho.

Un buen ejemplo para constatar la situación de emergencia que se vive en Berlín en cuanto a los alquileres lo podemos encontrar en los grupos de Facebook de españoles y españolas residentes en Berlín. No son pocos ni pocas las personas que los utilizan con muchos fines: resolver dudas burocráticas, vender muebles de segunda mano, anunciar eventos, buscar fiesta o, sobre todo y cada vez más, buscar una habitación o un piso en el que poder vivir.

«Somos 4 chicas buscando piso en Berlín», «busco apartamento en Berlín desde noviembre», «busco habitación o apartamento muy económico», «necesito ayuda, busco piso o apartamento» son algunas de las frases más repetidas que se pueden leer en estos grupos. Quienes hemos tenido que buscar un techo en la capital alemana sabemos lo difícil que es la situación. Aprovechando el desconocimiento de quienes acaban de llegar o de la necesidad de quien empieza un trabajo (sea precario o no) o un erasmus y no tiene donde quedarse, están desde agentes inmobiliarios hasta particulares que, con solo una habitación para alquilar, no desperdician la ocasión para ofrecer unos precios desorbitados.

En cuanto a los primeros, desde hace meses rondan por estos grupos agentes que saben que pueden pescar en estos caladeros. Hace no mucho se veía un anuncio de un piso de 76m2 por 1.215€ en el alejado barrio de Köpenick. En este caso, rápidamente muchas personas salieron al paso denunciando el abuso que suponía e incluso aportando datos de lo que cuesta un piso por esas características en ese barrio. Se trataba de una estafa legal de un agente inmobiliario dependiente de Berolinum Immobilien. No era el primer agente que esta inmobiliaria infiltraba en estos grupos para hacer negocio.

Sin embargo, también hay personas particulares que aprovechan para poder hacer el agosto a costa de la necesidad. Por lo general, ofrecen contratos de sub-arrendamiento por unos días o unos meses, con habitaciones por lo general a unos precios muy superiores a la media en los barrios en los que se encuentran las viviendas. El sub-arrendamiento es una práctica legal en Alemania, pero en estos casos, y en muchas ocasiones lo que se está ofreciendo se subsume en caminos más oscuros. Un contrato de alquiler o de sub-alquiler legal incluye la posibilidad de hacer el Anmeldung, el registro en el censo en los ayuntamientos de distrito de Berlín necesario para cualquier tipo de trámite. En la mayoría de los anuncios de sub-arrendamiento en los grupos de españoles se expresa «sin Anmeldung». De nuevo, no son pocas las personas que salen a denunciar esta práctica, que además ayuda a inflar la burbuja de los alquileres, pues en ocasiones se llegan a pedir hasta 30€/noche para una habitación.

Con todo ello el cocktail está servido: la desesperación de quien necesita un lugar donde dormir, el oportunismo de agentes inmobiliarios en busca de beneficios, la denuncia de quien no quiere permitir ni estafas ni abusos, así como la agresividad que a día de hoy se suele encontrar en las redes sociales. Todo ello desemboca en conflictos entre personas que en realidad en muchas ocasiones tienen un enemigo común: las grandes inmobiliarias, los agentes inmobiliarios y los especuladores.

Por todo ello, es fundamental que haya una regulación estricta del alquiler que ponga fin a los abusos y que se expropien viviendas a grandes inmobiliarias para crear un parque de alquiler social, controlado y a precios asequibles. Esto es algo que salieron a reclamar miles de personas a las calles de Berlín el 3 de octubre. El derecho a la vivienda es, a día de hoy, junto la crisis climática, uno de los grandes retos que tiene que afrontar la sociedad, y para ello hay dos salidas:  no intervenir el mercado, como quieren desde los liberales más radicales a quienes quieren reformas de chapa y pintura como el SPD; o usar todo el poder público para acabar con la especulación, mediante medidas radicales como la expropiación. La primera salida realmente se ha demostrado que es una encerrona. La respuesta está servida.

* Jaime Martínez es responsable de Comunicación de Izquierda Unida Berlín.


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