La pandemia destruye economías en desarrollo mientras se frenan proyectos de desarrollo sostenible
Alianza por la Solidaridad se suma al Manifiesto por el Clima con más de medio centenar de ONGs y las acciones que tendrán lugar el 24 de abril.
21 de abril.- Con motivo del Día de la Tierra, que se celebra mañana día 22 de abril, Alianza por la Solidaridad-Action Aid denuncia la situación a la que se enfrentan en estos momentos más de 5.000 millones de personas que viven en países en desarrollo, cuyas economías están siendo devastadas debido al impacto de la pandemia generada por el COVID-19. Alianza constata cómo se paralizan o ralentizan muchos de los proyectos de desarrollo que estaban en marcha, lo que puede originar una crisis humanitaria que afectará de lleno a las personas con menos recursos. La ONG recuerda que son quienes están fuera de sistemas de protección social y con una situación ya extrema por la crisis previa generada por la emergencia climática.
Desde hace años la comunidad científica venía avisando de posibles pandemias virológicas, hay investigaciones que desde hace décadas han alertado de las modificaciones climáticas causadas por emisiones contaminantes generadas por el ser humano, y los efectos que tendrían en el desarrollo de la vida en la Tierra, como son sequías reiteradas, huracanes más intensos, inundaciones por lluvias torrenciales, pérdida de biodiversidad, plagas descontroladas o el aumento del nivel de los mares.
Todo ello está teniendo lugar especialmente en el hemisferio sur, que concentra la mayor parte de la población más vulnerable, que es la que sufre en primer lugar los efectos de la destrucción de sus cosechas o sus hogares. Son comunidades del sur cuyos territorios de mayor calidad para la agricultura o con riquezas naturales se concentran, en muchos casos, en manos de empresas transnacionales o extranjeras, generando graves conflictos. El Atlas de la Justicia Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona apunta la existencia de más de 3.100 de estos conflictos ambientales en este momento, la inmensa mayoría en Latinoamérica, sur de Asia y la costa africana.
Alianza por la Solidaridad recuerda que estos desastres climáticos no se detienen porque haya una pandemia vírica. En África oriental se está viviendo una plaga de langosta como no se recuerda en el pasado. Países como México, grandes áreas de Brasil o el Sahel africano están amenazados por la sequía. Asia tuvo el pasado verano inundaciones que afectaron a seis millones de personas. “Los Gobiernos no pueden olvidarse de la crisis ambiental. El aplazamiento de la Cumbre del Clima de este año es un tiempo extra para que los países mejoren sus planes nacionales sobre reducciones de emisiones, unas promesas con el clima que tal como están nos abocan hacia un catastrófico calentamiento de 3º o 4º C. No se debe olvidar que este brote del coronavirus afectará más intensamente a las personas más pobres, que ya están en la primera línea de la crisis climática”, apunta Cristina Muñoz, responsable de Proyectos de Alianza por la Solidaridad-Action Aid.
Alianza por la Solidaridad-Action Aid lleva apostando más de 33 años por un desarrollo sostenible en países donde se vive esa primera línea mediante el fomento de las energías sostenibles, la agricultura ecológica y las medidas de prevención de riesgos.
-En Mozambique, un país con lluvias cada año más erráticas, se están explotando recursos fósiles como el carbón o el gas para empresas extranjeras. En estos momentos, además, se explora la mayor bolsa de gas que se ha encontrado en Cabo Delgado, una apuesta por los combustibles fósiles que coincide con un aumento de la violencia y más pobreza. En esta zona, Alianza por la Solidaridad ejecuta programas que potencian la agricultura con bajos niveles de pesticidas y abonos químicos, la recuperación de semillas locales y el apoyo al mantenimiento de los bosques como fuentes de recursos.
-En Senegal, el retraso en la llegada de las lluvias en 2019 provocó una pérdida de cosechas por la que aún se arrastra una preocupante inseguridad alimentaria. Alianza tiene varios proyectos para fomentar la agricultura ecológica familiar promoviendo sistemas de riego que bombean el agua mediante energía solar y con abonos orgánicos.
– Haíti es uno de los países más golpeados por catástrofes naturales extremas, desde sequías a huracanes. A ellas se suma una deforestación que afecta a casi todo el país. Desde Alianza se desarrollan proyectos que implican la recuperación de suelos, la protección de laderas para evitar deslizamientos, la conservación de bosques o medidas para la reducción de riesgos a desastres.
Para la ONG, si algo se ha puesto de manifiesto estas semanas es que cuando hay voluntad política, se pueden tomar medidas drásticas, movilizando miles de millones de euros, y también que la sociedad está preparada para aceptar fuertes intervenciones gubernamentales cuando se trata de proteger la vida, una muestra el nivel de ambición que debe aplicarse a la emergencia climática.
Asimismo, recuerda que hay países responsables que deben de asumir más carga en la respuesta a la emergencia climática, respuesta que pasa proporcionar fondos a los afectados, la expansión de energías renovables y la apuesta decidida por una agricultura ecológica y sostenible, en la que no tiene cabida el despojo de tierra y agua a comunidades rurales, campesinas e indígenas. En relación con los fondos que son necesarios, al fondo de mitigación y adaptación al cambio climático, hay que añadir otro fondo mundial para daños y pérdidas, exigencia que ya se planteó en la COP25 celebrada en Madrid y no tuvo respuesta. La creación de estos fondos podría compensarse eliminando los 370.000 millones de dólares que cada año reciben los combustibles fósiles (carbón, gas y petróleo) en subsidios públicos.
Por todo lo anterior, y en demanda de la justicia climática, Alianza por la Solidaridad-Action Aid se suma al Manifiesto por el Clima de Alianza por el Clima con más de medio centenar de organizaciones.
En el manifiesto se recuerdan las palabras del relator especial de Pobreza Extrema y Derechos Humanos de Naciones Unidas: “El mundo está en riesgo de caer en el apartheid climático, donde los ricos pagan por escapar del sobrecalentamiento, el hambre y las guerras, mientras que el resto del mundo es dejado de lado sufriendo”. Y el resto del mundo somos mayoría.