Un naufragio frente a las costas de Libia se cobra 40 vidas
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, están consternadas ante la primera tragedia en el Mediterráneo Central, ocurrida frente a las costas de Libia el pasado 19 de enero, en la que, al menos 43 personas han perdido la vida. Según OIM y el IRC, la agencia socia de ACNUR en terreno, 10 supervivientes fueron rescatados y llevados a tierra por la Seguridad Costera Libia en Zwara.
La embarcación que partió a primera hora del martes desde la ciudad de Zawiya, aparentemente volcó por la mala mar cuando su motor se paró, pocas horas después de la salida. Los supervivientes, principalmente de Costa de Marfil, Nigeria, Gana y Gambia, informaron que las personas que se ahogaron o desaparecieron, eran todos de países de África del Oeste. El personal de OIM y de la agencia socia de ACNUR, el Comité Internacional de Rescate (IRC por sus siglas en inglés) les proporcionó asistencia de emergencia, incluyendo comida, agua y chequeos médicos antes de salir del puerto.
Cientos de personas perdieron la vida el año pasado intentando cruzar el Mediterráneo Central, donde se ha registrado el mayor número de víctimas mortales en una sola ruta migratoria a nivel mundial. La IOM y ACNUR temen que el número de fallecidos en 2020 en el Mediterráneo Central pueda ser mayor dada la limitada capacidad de monitoreo de rutas.
Esta última tragedia en el mar pone de manifiesto una vez más la necesidad de reactivación de las operaciones de búsqueda y rescate lideradas por los Estados, un vacío que las ONG y las embarcaciones comerciales están tratando de cubrir, a pesar de sus escasos recursos.
La OIM y el ACNUR reiteran su llamamiento a la comunidad internacional para que se de un giro urgente y cuantificable en el enfoque a la situación en el Mediterráneo. Esto implica poner fin a los retornos a puertos inseguros, estableciendo unos mecanismos de desembarco seguros y predecibles acompañados de muestras de solidaridad tangibles por parte de los Estados europeos con aquellos países que reciben altos números de llegadas.
La situación de migrantes y refugiados en Libia sigue siendo extremadamente precaria, donde continúan los arrestos y detenciones arbitrarias en las peores condiciones. Muchos refugiados y migrantes son explotados por traficantes y redes de trata, retenidos para pedir rescates, son torturados y víctimas de abusos.
El ACNUR y la OIM reconocen los esfuerzos realizados por las autoridades libias por combatir el tráfico y la trata y piden que se refuercen las medidas para llevar ante la justicia a los grupos criminales responsables de las violaciones de derechos humanos contra miles de migrantes y refugiados en el país.
Las agencias enfatizan que, de no tomarse acción y mantenerse la impunidad, seguirá habiendo muchas más tragedias y muertes que se podrían evitar.
Desde la caída del régimen de Muammar Gaddafi en 2011 y la situación de caos e inseguridad consiguiente, Libia se convirtió en el punto de partida preferido por miles de migrantes indocumentados que desean atravesar el Mediterráneo hacia costas europeas.
En 2020, 323 migrantes murieron y 417 desaparecieron en la ruta del Mediterráneo central, mientras que 11.981 migrantes irregulares fueron rescatados y regresados a Libia, según la OIM.