Laura V. Mor / Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba •  Internacional •  22/05/2019

Cuba: XVIII Consejo Político de ALBA-TCP reafirma la necesidad de unidad ante la injerencia y agresión externa

La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) surgió el 14 de diciembre de 2004 como contracara ante el intento de hegemonía estadounidense en la región de la mano del Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA); y está integrada por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Mancomunidad de Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y Las Granadinas, Santa Lucía, Granada y San Cristóbal y Nieves.

Cuba: XVIII Consejo Político de ALBA-TCP reafirma la necesidad de unidad ante la injerencia y agresión externa

El Consejo Político de la mantuvo su decimoctava sesión este martes en la ciudad de La Habana, presidida por los cancilleres de Cuba, Venezuela, Bolivia y El Salvador, con el objetivo de concertar acciones políticas concretas ante las amenazas del imperialismo estadounidense a la paz y la seguridad de la región.

“Nos reunimos en momentos en que el imperialismo trata de restablecer Doctrina Monroe, el neoliberalismo y el macartismo” afirmó el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla al iniciar la sesión, enfatizando que las amenazas y el uso de la fuerza contra Venezuela constituyen “el más grave peligro para la paz y la seguridad regional” y atentan contra la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz y consideró “inadmisible la imposición de modelos políticos ajenos a cualquiera de nuestros pueblos”.

La defensa de la Revolución Bolivariana ante los planes de desestabilización, intentos de golpe de Estado y guerra financiera de Estados Unidos fue el tema fundamental que atravesó la agenda del Consejo Político, en un contexto de amenaza imperial contra los gobiernos progresistas y tras el avance de la derecha y la restauración del neoliberalismo en varios países de la región.

Dando inicio a la sesión, Rodríguez Parrilla abogó a continuar enfatizando lo que une a los distintos países integrantes de la Alianza por sobre las diferencias, afianzando la unidad en la diversidad. “El ALBA es y será resistencia frente a la oleada neoliberal que se desata contra nuestra región”, afirmó en ese sentido. Para ello, convocó a “los movimientos sociales, populares, a las organizaciones no gubernamentales, a todos los sectores de nuestros pueblos para ejercer influencia en los gobiernos y oponerse al intervencionismo estadounidense”.

“Frente al retorno del intervencionismo militar estadounidense, ante el recrudecimiento de las sanciones económicas, el atentado contra la vida de Nicolás Maduro, el sabotaje contra el sistema eléctrico nacional, el simulacro de ayuda humanitaria con fines políticos, el intento de crear incidentes en zonas fronterizas, la ocupación de la embajada de Caracas en Washington no reducirán nuestro empeño de defender nuestro derecho a la libre determinación”, sentenció en nombre del gobierno cubano.

El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, también se refirió a la “nueva vigencia a una doctrina anacrónica, sin sentido y enarbolada a principio de la segunda década del siglo XIX”, y llamó a “levantar las alertas de los pueblos y gobiernos”. Arreaza denunció que esta estrategia imperialista ha tratado de disolver los mecanismos de integración latinoamericana y reconoció la necesidad de reactivar UNASUR y CELAC como forma de enfrentar los embates del imperialismo en Nuestramérica.

En referencia a la situación de guerra no convencional que atraviesa Venezuela, luego de realizar un racconto de las distintas acciones realizadas por la oposición dirigida por los intereses del establishment estadounidense, hizo un llamado a la administración Trump a resolver las diferencias por vía de la diplomacia, a que cese  la amenaza militar y el bloqueo Venezuela y también contra Cuba: “Ojalá que ellos entiendan que queremos el diálogo y el entendimiento”.

El canciller de Bolivia, Diego Pary, por su parte coincidió en la amenaza que representa esta coyuntura para el multilateralismo y el derecho internacional e instó “solucionar las dificultades internas de los países (en este caso Venezuela, a quién trasladó el apoyo incondicional de su país) por medio del diálogo y la negociación”. Al igual que Rodríguez Parrilla, enfatizó la importancia de la unidad como vía fundamental para “seguir luchando contra los poderes imperiales”.

La agresión a los principios del derecho internacional fue un tema recurrente en cada una de las intervenciones, también en la del canciller de El Salvador Carlos Castaneda; quién llamó a denunciarlo ante Naciones Unidas para hacer prevalecer los principios de la Carta fundante. Castaneda instó a no permitir que “nos hagan retroceder”, para lo cual se debe “seguir trabajando de manera conjunta para mantener la paz regional, para hacer de nuestra América y el Caribe un ejemplo de unidad sobre la base de la justicia”.

El secretario ejecutivo del bloque regional, David Choquehuanca afirmò que “el ALBA tiene que levantarse con identidad propia” y “con un pensamiento descolonizador”, en donde se fortalezcan los códigos culturales de los pueblos, como forma de “defender la soberanía, la paz y la integración frente a la geopolítica de saqueo e intervencionismo”.

Este XVIII Consejo Político tuvo como resultado una declaración final en donde se rechaza contundentemente la injerencia de Estados Unidos en la región y la utilización de distintos métodos coercitivos unilaterales contra países soberanos y ratifica el apoyo al gobierno legítimo de Nicolás Maduro Moros y a las instancias de diálogo con la oposición; al tiempo que condena los intentos de desestabilización en Nicaragua y enfatiza la necesidad de resolver los conflictos sobre la base de la soberanía y la autodeterminación, como derechos inalienables de los pueblos.

Asimismo, aboga por la necesidad de fortalecer la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) como mecanismo de concertación política regional y respalda la Presidencia Pro Témpore de ALBA-TCP de Bolivia, reafirmando el compromiso de los países miembros a la cooperación, la integración y la defensa de la unidad frente a la injerencia y dominación política y económica de potencias extranjeras.

DECLARACION FINAL DEL XVIII CONSEJO POLÍTICO DE ALBA-TCP

Los Ministros de Relaciones Exteriores y los Jefes de Delegaciones de los países miembros de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) reunidos en La Habana, Cuba, en ocasión del XVIII Consejo Político;

Inspirados en los ideales independentistas de Simón Bolívar y José Martí, en el legado de los líderes de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, y de la Revolución Bolivariana en Venezuela, Hugo Chávez Frías, cuyo pensamiento y obra confirman la plena vigencia de la lucha por la emancipación de los pueblos, la necesidad de la preservación de la paz, de la convivencia civilizada y de la unidad dentro de la diversidad en la región:

  1. Expresamos nuestra preocupación por la agresiva escalada contra Nuestra América, las acciones contra la paz y la seguridad regionales, especialmente las amenazas del uso de la fuerza contra la República Bolivariana de Venezuela, que constituyen peligros para la paz regional en oposición a los preceptos contenidos en la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por los Jefes de Estado y/o Gobierno en la II Cumbre de la CELAC, celebrada en La Habana los días 28 y 29 de enero de 2014.
  2. Destacamos la resistencia del Gobierno y pueblo venezolanos frente a la injerencia externa y las medidas coercitivas unilaterales contra su país.
  3. Renovamos nuestro apoyo al Presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros, la Revolución bolivariana y chavista y la unión cívico-militar de su pueblo.
  4. Rechazamos la vulneración de la inviolabilidad de los locales de las misiones diplomáticas, en total violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
  5. Llamamos a respaldar la iniciativa del “Mecanismo de Montevideo”, integrada por México, Uruguay, Bolivia y CARICOM, que busca preservar la paz en Venezuela basada, en los principios de no intervención en los asuntos internos, la igualdad soberana de los Estados y la solución pacífica de controversias.
  6. Demandamos la estricta observancia de los Propósitos y Principios de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, la solución pacífica de controversias, la prohibición del uso de la fuerza y de la amenaza del uso de la fuerza, el respeto a la libre determinación, a la soberanía, la integridad territorial, y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados.
  7. Insistimos que la aplicación de medidas coercitivas unilaterales, rechazada por numerosas resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, es contraria a los propósitos y principios consagrados en la Carta de esa organización y al Derecho Internacional, vulneran la libertad de comercio y navegación, amenazan la paz y la seguridad internacionales y restringen el disfrute de los derechos humanos de la población de los Estados contra los cuales se aplican.
  8. Ratificamos nuestro apoyo al proceso de diálogo y negociación del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua en su decisión de continuar defendiendo su soberanía, la paz, los notables avances sociales, económicos, de seguridad y de unidad nacional alcanzados.
  9. Rechazamos la conducta injerencista del Gobierno de Estados Unidos, que utiliza una vez más a la OEA y a su Secretario General en su política intervencionista contra la soberanía, la libre determinación y el orden constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, de la República de Nicaragua y de la República de Cuba.
  10. Repudiamos la Doctrina Monroe, viejo reflejo de la ambición hegemónica e imperialista de los Estados Unidos sobre las tierras y los pueblos de América, que se resucita hoy y que plantea la amenaza más grave y perentoria para la paz del hemisferio.
  11. Reiteramos el reclamo de la comunidad internacional a que se levante de manera incondicional el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos contra Cuba, que constituye una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos del pueblo cubano y cuyo carácter extraterritorial afecta a todos los Estados.
  12. Rechazamos la reciente decisión del gobierno de los Estados Unidos de activar el Título III de la Ley Helms-Burton, legislación que refuerza el carácter extraterritorial del bloqueo contra Cuba y daña las relaciones económicas y comerciales internacionales de Cuba y de la comunidad internacional con Cuba.
  13. Saludamos la aprobación de la nueva Constitución de la República de Cuba que expresa su compromiso revolucionario y su convicción solidaria e integracionista.
  14. Reafirmamos la necesidad de fortalecer la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) como mecanismo de concertación política regional basado en la estricta observancia y defensa de los principios del Derecho Internacional, incluidos la solución pacífica de controversias, la prohibición del uso y de la amenaza del uso de la fuerza, el respeto a la libre determinación, a la soberanía, la integridad territorial, y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados.
  15. Respaldamos la presidencia Pro Témpore del Estado Plurinacional de Bolivia al frente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
  16. Reafirmamos nuestro apoyo comprometido al pueblo y gobierno de Bolivia en su histórico y justo derecho a una salida al mar con soberanía.
  17. Rechazamos enérgicamente las medidas adoptadas contra los hermanos países caribeños, considerándolos jurisdicciones no cooperativas, a la vez que exhortamos a revisar los criterios de graduación como «países de renta media», lo que dificulta su acceso al crédito y a la cooperación internacional.
  18. Reafirmamos nuestro continuo apoyo a los países caribeños en su reclamo de compensación y justicia reparadora por el genocidio de la población nativa y los horrores de la esclavitud y la trata de esclavos.
  19. Rechazamos la utilización de manera selectiva y políticamente motivada del tema de los derechos humanos, con el propósito de crear condiciones para desestabilizar gobiernos legítimos, justificar la injerencia en sus asuntos internos e imponer políticas de cambio de régimen.
  20. Saludamos la celebración del 25 al 28 de julio del presente año, del XXV Encuentro del Foro de Sao Paulo en Caracas, Venezuela, espacio que contribuirá al diálogo constante entre las fuerzas políticas progresistas y los movimientos sociales de la región.
  21. Saludamos además la realización de la Reunión Ministerial del Buró de Coordinación del Movimiento de Países No Alineados, a celebrarse en la República Bolivariana de Venezuela, del 20 al 21 de julio de 2019, bajo el tema central “Promoción y consolidación de la paz a través del respeto al Derecho Internacional”.
  22. Renovamos el compromiso con la concertación política, la cooperación y la integración, y la defensa de la unidad frente a la injerencia y dominación política y económica.


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