Argentina. «Los beneficiados del genocidio mapuche hoy son gobierno»
El pueblo mapuche rechaza el nuevo Servicio Cívico Voluntario, donde Gendarmería, la fuerza que desapareció a Santiago Maldonado, será la encargada de impartir «valores democráticos».
Una de las deudas que tiene todo régimen democrático post transición dictadura es reformular o reconfigurar las fuerzas armadas y el monopolio del Ejércicio de la fuerza represiva. En Latinoamérica algunos casos han sido paradigmáticos de una transición medianamente ordenada y en otros casos un laissez-faire según se desarrollen los hechos. La transición ordenada es Argentina y fue Brasil. La transición que no fue: Chile, Guatemala y El Salvador.
En esos escenarios la sociedad civil tuvo y sigue teniendo su peso a la hora de gravitar en los acuerdos de esa transición democrática. En el caso argentino, hubo organismos de derechos humanos que pulsaron hacia los juicios por crímenes de lesa humanidad. En el caso chileno, no los hubo y tampoco pinta que los habrá.
En la fase macrista de la historia argentina, la política indígena tiene su pluma en el escritorio del Ministerio de Seguridad, al mando de una señora de apellido de alta alcurnia. Patricia Bullrich, tanto uno como el otro, viene de una descendencia de genocidas, apropiadores de tierras, cortadores de cabellera, mutiladores de orejas y senos de mujeres mapuche y apropiadores de niñxs mapuche.
Esta mañana de gran helada en el area rural de Los Toldos, leímos en el boletin oficial – nos gusta matear y churrasquear mientras leemos las noticias nacionales – que el macrismo ofrece para la juventud hambreada de los barrios populares de la Argentina un servicio civil. Eufemísticamente lo ha llamado Servicio Cívico Voluntario en Valores bajo la RESOL-2019-598-APN-MSG. Tuve la sensación de que la helada de esta mañana no fue nada. Un gélido frío subió por mi columna. El cuerpo ancestral de las mujeres mapuche tiene señales sensoriales certeras.
Y la otra verdad, ratificada en una sentencia judicial muy reciente es el juicio por Rincón Bomba, de la Federación de Comunidades del Pueblo Pilagá contra el Poder Ejecutivo Nacional (Nro 21000173/2006), la cual tiene que como brazo ejecutor a la Gendarmería del genocidio pilagá. Quiere decir que la reconfiguración de las fuerzas represivas durante los gobiernos democráticos no han tenido mucho éxito, o quiere decir que el orden conservador en Argentina elige a los pueblos originarios como objetivo de su práctica y aggiornado a hoy, elige a lxs jóvenes.
El fuego de la hermandad de los Inty Raymi, la murga indisciplinada en cada plaza, los locros de los quechuas y aymaras en cada fiesta patria, las lanzas de los qom y mocoy para pescar son prácticas y juegos de niños y jóvenes que no se borran ni se borrarán con un fetiche de campaña. La danza afro y las sayas nos recuerdan que las cadenas aún están ahí. Para romperlas. Esa no es tarea solamente de los nadie. Cuando digo los nadies, somos nosotros: pueblos originarios y afro. Esa es una tarea compartida por quienes también fueron excluidos de la mesa siendo argentinxs.
* Politóloga, integrante de la Comunidad Epu Lafken de Los Toldos