Redacción •  Internacional •  24/05/2018

Alerta de hambruna en el Shael africano mientras aumenta la presión de las empresas extranjeras en la región

  • Siete millones de personas podrían sufrir desnutrición severa ante una falta de lluvias en la región africana.
  • Empresas extranjeras con vocación exportadora logran asentarse en una zona con gran escasez de recursos para la población local.

 

Alerta de hambruna en el Shael africano mientras aumenta la presión de las empresas extranjeras en la región

24 de mayo de 2018. – Las falta de lluvias y sus ciclos cada vez más erráticos podrían causar una hambruna este año en el Sahel africano, esa franja entre el desierto y las zonas boscosas que cada vez es más amplia debido al cambio climático. Más de siete millones de personas podrían sufrir una grave inseguridad alimentaria, según datos de Naciones Unidas, si como ya pasó en 2017 los cultivos de la próxima cosecha no salen adelante, una situación crítica en un contexto en el que aumentan las concesiones a empresas extranjeras de terrenos de cultivo.

Con motivo del Día de África, que se conmemora el 25 de mayo, Alianza por la Solidaridad, que tiene en marcha diversos proyectos de desarrollo en Senegal, Guinea Bissau y Mozambique, hace hincapié en las dificultades a las que van a enfrentar las poblaciones desprotegidas del Sahel frente a estos acaparamientos, en un contexto de sequías cada vez más prolongadas. No se está poniendo freno a empresas extranjeras, como las marroquíes o indias, que están aterrizando en zonas como el norte de Senegal para iniciar ‘agroindustrias’, negocios que no dejan ningún beneficio a los pequeños agricultores.

Sólo durante 2016, últimos datos disponibles, en Senegal tuvieron lugar 18 transacciones de tierras que afectaron a 503.000 hectáreas, de las que más de la mitad eran cedidas sin coste alguno a las empresas. Otras se han hecho a precios reducidos, como fue la venta de 10.000 hectáreas por tres millones de euros efectuada el pasado año a una compañía de Marruecos en los municipios de Dodel y Démette, en el departamento de Podor . Estas empresas utilizan sistemas de riego mediante el bombeo de agua, técnica a la que no tienen acceso los pequeños agricultores por falta de medios. En total, 270.908 hectáreas están bajo contrato por inversores extranjeros en este país africano, equivale al 3% de la tierra cultivable total.

Factores agravantes como la sequía, los altos precios de los alimentos, los conflictos armados y las distorsiones del mercado que también están afectando la situación de la seguridad alimentaria y la nutrición en la zona desde finales de 2017. A ello se suma el incremento de control sobre los pastores nómadas, lo que genera su sedentarización.

Todo ello supone el desplazamiento de campesinos y pastores de unos territorios a otros, generando un grave problema de deforestación ante la necesidad de obtener nuevas tierras de cultivos, así como nuevos conflictos con los habitantes de esas regiones y un aumento de la emigración forzosa.

Desde Alianza por la Solidaridad, que mantiene en el norte de Senegal proyectos de desarrollo agrícola sostenible para vincular la producción local con los comedores escolares, se alerta de la necesidad de aumentar el apoyo a las poblaciones afectadas del Sahel.

Cristina Selva, coordinadora en Senegal de la ONG española, señala: “Ya deberían estarse tomando medidas para paliar los efectos de la posible sequía. Desde Alianza estamos promoviendo el secado de productos como los tomates, para que aguanten más tiempo, o el cultivo de plantas locales como la moringa, que es muy nutritiva y puede conservarse en polvo. No obstante, serían precisos proyectos de conservación del agua que requieren una inyección de fondos más elevada antes de que la situación empeore y la crisis ya esté aquí”.

Los proyectos de Alianza por la Solidaridad en el norte de Senegal están facilitando la alimentación a más de 3.000 niños y niñas, a la vez que se promueve la producción agrícola sostenible a través de cinco agrupaciones campesinas. “una ausencia prolongada de lluvias hará que el proyecto tenga dificultades en el futuro”, reconoce Selva.

Para Alianza por la Solidaridad es fundamental ligar las inversiones empresariales nacionales e internacionales en estas zonas con el desarrollo de las comunidades locales para que tengan sus derechos básicos cubiertos y, paralelamente, su entorno ambiental no se vea más deteriorado.

 


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