Arranca el juicio por corrupción contra Netanyahu
La fiscalía ha solicitado la declaración de 333 testigos entre los que figuran las personas más allegadas del primer ministro, jefes de los aparatos de seguridad, periodistas y políticos.
Este domingo comienza en Jerusalén el juicio contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que está acusado en tres casos distintos de corrupción que incluyen delitos de fraude, cohecho y abuso de confianza. La sesión inaugural de esta tarde es puramente técnica y Netanyahu tendrá que declarar si se considera culpable o no culpable ante el tribunal de distrito integrado por tres magistrados. Hasta la siguiente sesión, que se celebrará dentro de varios meses, no se entrará en materia.
Los abogados de la defensa tratarán que Netanyahu vaya lo menos posible al tribunal, aunque tendrá que presentarse cuando deba hacer una declaración o cuando tenga que responder a las preguntas de la fiscalía y la defensa. La fiscalía ha solicitado la declaración de 333 testigos entre los que figuran las personas más allegadas del primer ministro, jefes de los aparatos de seguridad, periodistas y políticos. El juicio se desarrollará entre estrictas medidas de seguridad, pero observando las regulaciones del ministerio de Sanidad relativas a la pandemia de coronavirus.
Las acusaciones más graves se encuentran en el llamado Caso 4000, en el que se le acusa de cohecho, fraude y abuso de confianza. Netanyahu habría aprobado regulaciones en el sector de las telecomunicaciones que beneficiaron en unos 500 millones de euros a la gigantesca compañía Bezeq, propiedad del magante y amigo Shaul Elovitch.
A cambio, la familia Netanyahu recibió una cobertura favorable en el popular portal de noticias Walla!, propiedad de Elovitch. La fiscalía acusa al primer ministro de transmitir mensajes políticos a través del portal Walla!. En el llamado Caso 1000 deberá responder por haber recibido regalos de lujo valorados en cerca de 200.000 euros de dos benefactores, el israelí Arnon Milchan y el australiano James Packer.
Finalmente, en el llamado Caso 2000, donde está acusado de fraude y abuso de confianza, la fiscalía sostiene que Netanyahu acordó con el magnate de prensa Arnon Mozes, propietario del diario Yediot Ahronot, aprobar leyes para debilitar a un diario de la competencia, Israel Hayom, a cambio de un tratamiento favorable en el Yediot Ahronot. Netanyahu niega todas las acusaciones y sostiene que el llamado estado profundo integrado por los jueces, la policía y la prensa quieren dar un golpe de estado en su contra.
Nadie sabe cuánto durará el juicio puesto que ello dependerá de la estrategia de Netanyahu. Según los expertos, podría durar varios años. Además, en cualquier momento, Netanyahu podría negociar una sentencia con la fiscalía y los magistrados. Las posibilidades de que Netanyahu acabe en la cárcel son inexistentes. Aunque el delito de cohecho contempla penas de hasta 10 años de prisión y/o una multa, siempre quedaría la baza de que el presidente de Israel, Reuven Rivlin, lo amnistiara. Rivlin ya ha dicho que considerará la clemencia si se le solicita.
Los aliados de Netanyahu arrementen contra el poder judicial
Numerosos políticos israelíes cercanos a Benjamín Netanyahu arremetieron en los últimos días contra el sistema judicial que a partir de las 3 de la tarde de hoy sienta al primer ministro israelí en el banquillo de los acusados por corrupción. Yariv Levin, presidente de la Kneset, dijo esta mañana que «el inicio del juicio contra el primer ministro Benjamín Netanyahu se recordará como uno de los puntos bajos del sistema judicial israelí».
Levin arremetió contra el sistema judicial diciendo que en este juicio se está jugando el futuro de la democracia en Israel. El ministro del Interior, Amir Ohana, que hasta la semana pasada fue titular de Justicia, declaró al Canal 12 que se siente «muy preocupado» por el sistema judicial, sugiriendo que los tres jueces que juzgan a Netanyahu podrían dictar una sentencia parcial. Otro líder del Likud, Miki Zohar, manifestó que el juicio es «una persecución política» contra «un maravilloso primer ministro». Zohar acusó a la izquierda y a los medios de comunicación de alimentar las acusaciones «porque no pudisteis derrotarlo en las urnas». Por su parte el ministro de Asuntos Digitales, David Amsalem, acusó al abogado del estado, Avichai Mandelblit, de ser un «criminal sospechoso». Mandelblit fue quien decidió el procesamiento de Netanyahu.
Según el diario Haaretz, la táctica de los abogados de Netanyahu consistirá en demorar todo lo posible el juicio, que podría prolongarse durante varios años. El periódico de Tel Aviv agrega que el entorno de Netanyahu tratará de seguir una táctica de enfrentamiento directo y constante tanto dentro del juzgado de distrito de Jerusalén como en la calle.