Consejo Europeo: Europa busca otros regímenes autoritarios como alternativa a Rusia para perpetuar la dependencia de los combustibles fósiles
- Mientras se busca negociar con países como Azerbaiyán o Arabia Saudita, la UE continúa financiando la guerra en Ucrania con importaciones de gas, petróleo, uranio y carbón rusos.
- Los gobiernos de la UE han anunciado recortes en los impuestos sobre los combustibles, que benefician a las personas más ricas y amplían la ‘adicción’ a los combustibles fósiles.
- Las soluciones propuestas ante las insostenibles facturas de la luz son parciales y no implican la única solución real: modificar el mercado eléctrico y limitar el poder de las empresas energéticas para fijar el precio de la electricidad.
Mientras los líderes de los 27 gobiernos de la UE se reúnen en el Consejo Europeo de Bruselas con el presidente de EEUU, Joe Biden, para considerar una nueva respuesta a la invasión de Ucrania por parte de Putin, buscan proveedores alternativos para prolongar nuestra dependencia de los combustibles fósiles, de la energía nuclear y de la agricultura industrial, dando marcha atrás en las medidas para hacer frente a la creciente crisis climática y de biodiversidad.
Según el director de Greenpeace UE, Jorgo Riss: “En lugar de dejar de financiar la guerra de Putin y acabar con la adicción de Europa a los combustibles fósiles, nuestros gobiernos han decidido ir de compras a otros regímenes. Pero cambiar los suministros de combustibles fósiles de Rusia a Azerbaiyán y Arabia Saudita, mientras se protege de las sanciones a las exportaciones de uranio ruso a Europa, no traerá paz ni seguridad. Los combustibles fósiles tienen un historial de relación con conflictos y guerras. Vengan de donde vengan, los gobiernos deben dejar de usarlos lo más rápido posible, no buscar nuevos proveedores. Nuestros líderes políticos deben respaldar un despliegue masivo de aislamiento en viviendas, energías renovables y transporte público limpio, al tiempo que protegen a los más vulnerables de la sociedad y garantizan que los agricultores de Europa produzcan alimentos para las personas, no piensos para las macrogranjas”.
La UE continúa financiando la guerra en Ucrania con importaciones de gas, petróleo y carbón rusos. Solo en las importaciones de petróleo, la UE y el Reino Unido envían casi 285 millones de euros a Rusia todos los días. La industria española de la energía nuclear también depende de Rusia en, aproximadamente, un 40% de su suministro de uranio concentrado, y la empresa energética estatal rusa Rosatom, hasta ahora exenta de sanciones, invirtió en la construcción, el mantenimiento y la eliminación de desechos radiactivos para los reactores europeos en varios países de la UE.
Hasta ahora, a pesar de la fuerte retórica política y una serie de sanciones de la UE, casi nada de este comercio se ha interrumpido. En cambio, cortejado por Europa, el régimen de Azerbaiyán duplicará sus exportaciones de gas en los próximos años, mientras que varios gobiernos de la UE se han comprometido a desarrollar capacidad de gas fósil licuado para importar desde Qatar o Estados Unidos, lo que mantendría a Europa dependiente de este combustible fósil durante décadas. Mientras los gobiernos de la UE consideran nuevas sanciones petroleras y miran a la monarquía absoluta de Arabia Saudita como un proveedor alternativo, el gigante energético Saudi Aramco anunció que ha duplicado las ganancias debido a la crisis energética.
Los gobiernos de la UE han anunciado recortes en los impuestos sobre los combustibles, que benefician desproporcionadamente a los más ricos y amplían nuestra adicción a los combustibles fósiles. En la Cumbre, ante las facturas eléctricas insostenibles, el Gobierno de España propondrá limitar los precios en el mercado mayorista de la electricidad. La Comisión Europea contempla ésta y otras posibilidades, como fijar un gravamen para los beneficios “excesivos” de las eléctricas, intervenir el mercado del gas a través de un precio máximo para su comercialización y conceder ayudas directas a los consumidores.
Para Francisco del Pozo, responsable de combustibles fósiles en Greenpeace España “es necesario ir más allá, es preciso tener valentía y limitar, de verdad, el control abusivo del oligopolio de las grandes empresas eléctricas. Es imprescindible revisar las políticas de formación de los precios de la electricidad para desvincularlos del precio del gas y que reflejen así el coste real de su producción, trasladando un precio justo para las personas usuarias, de manera que éstas se beneficien del abaratamiento que aportan las energías renovables”.
La Comisión Europea también ha anunciado 500 millones de euros en ayuda financiera a los ganaderos, que se enfrentan a interrupciones en la alimentación animal, principalmente en las macrogranjas, con especial apoyo al sector porcino, que intenta mantener sus altos precios. La Comisión, respaldada por varios gobiernos, también ha dicho que quiere relajar las protecciones ambientales para alentar a los agricultores a cultivar más alimentos para animales de producción industrial de carne y retrasar la implementación del Acuerdo Verde Europeo, que el lobby de la agrondustria ha estado presionando.
Notas: En Profundidad: Guerra en Ucrania