El asesinato de un civil afroamericano desarmado a manos de la policía reactiva las protestas en Estados Unidos
- Andre Maurice Hill, de 47 años, fue asesinado por seis disparos mientras estaba tranquilamente en un garaje, completamente ajeno a los motivos de la llamada a la policía.
- Los agentes Adam Coy y su compañera dejaron herido en el suelo a Hil durante varios minutos sin tratar de socorrerle por las heridas de bala.
Andre Maurice Hill, de 47 años, es la última víctima de la violencia policial desmedida en los Estados Unidos. Hill falleció tras recibir seis disparos del agente de policía Adam Coy mientras se encontraba en un garaje, ajeno a los motivos del aviso a la policía cuando fue tiroteado a la una y media de la madrugada de este martes.
El oficial, Adam Coy, activó su cámara corporal justo después de disparar y su colega tampoco la tenía prendida cuando ambos se personaron en el lugar. Gracias a la función de poder ver los 60 segundos previos, el momento de la balacera quedó grabado, pero sin sonido.
El video, publicado este miércoles, muestra a Coy acercándose a la vivienda con una linterna y a Hill andar hacia el agente portando un teléfono móvil cuando, unos seis segundos después de que su silueta se hiciera visible en la grabación, el policía abre fuego. Por la falta de sonido, no se sabe si Coy le dijo algo a Hill o le dio órdenes específicas antes de disparar. Tampoco se ve la mano derecha del agente.
Tras ser herido, Hill permaneció en el suelo durante varios minutos sin que los policías trataran de ayudarle o brindarle asistencia médica. Falleció menos de una hora después en el hospital. El alcalde de Columbus, Andrew Ginther, tachó la muerte del hombre de «pérdida inexplicable» y subrayó que Hill era un huésped esperado, «no un intruso».
«Ninguno de los policías que se encontraban inicialmente en el lugar de los hechos proporcionó asistencia médica, no hubo compresión en las heridas para detener el sangrado, no hubo intentos de reanimación cardiopulmonar, ni siquiera una mano en el hombro o una palabra alentadora de que los médicos estaban en camino. Es el deber de un policía prestar ayuda», dijo Ginther en una rueda de prensa el miércoles.
«Basta ya. Esta comunidad se siente agotada. La comunidad afroamericana está aterrada, preocupada e indignada. Esto es un asombroso desprecio por la vida», agregó.
Coy entregó su arma y la placa y fue apartado de sus funciones mientras dure la investigación de los hechos. Por convenio sindical, seguirá recibiendo su salario.
La llamada a la que estaba respondiendo el agente aquella noche era por un coche aparcado enfrente de una vivienda que estaba con el motor encendido y que luego se apagó y se volvió a encender. Se desconoce si este auto tenía alguna relación con Hill.
El incidente, que fue el segundo asesinato de este tipo en menos de tres semanas en Columbus, atizó la indignación en el país norteamericano que vive un histórico movimiento contra el racismo y la brutalidad policial desde el asesinato del también afronorteamericano George Floyd en mayo pasado.
Entretanto, decenas de personas se reunieron este jueves por la tarde en el barrio en el que Hill fue asesinado, bajo una fría llovizna de Nochebuena, para pedir justicia por la muerte del afrodescendiente.