Giro en Argentina, Fernández pide solución política para Venezuela

Alberto Fernández se expresó en estos términos el lunes después de reunirse con el asesor especial para Venezuela de la Unión Europea (UE), Enrique Iglesias, quien también fue titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

“Coincidimos en la importancia de la integración y la necesidad de avanzar en una salida negociada a la crisis en Venezuela, trabajando junto a organismos internacionales”, afirmó el mandatario electo a través de su cuenta de Twitter.

La postura de Argentina respecto a la difícil situación política que atraviesa Venezuela ha tomado otro curso con la victoria del candidato peronista del Frente de Todos ante su rival Mauricio Macri, de Juntos por el Cambio, en las elecciones presidenciales del pasado 27 de octubre.

Desde 2017, Argentina fue uno de los miembros más activos del Grupo de Lima, un foro de 15 países conformado con el objetivo de presionar al presidente venezolano, Nicolás Maduro, para que abandone el poder.

Macri, el mandatario saliente argentino, desconoció los comicios de 2018 de Venezuela, que dieron la victoria a Maduro, y reconoció al opositor Juan Guaidó como “presidente interino”.

Fernández va a redefinir la política internacional del país austral, cuyos principios ha estado defendiendo durante su campaña electoral con declaraciones de rechazo a “posiciones complejas que hacían peligrar la soberanía de la región y permitían algo que tradicionalmente fue rechazado en América Latina: la intervención militar en países latinoamericanos”, apuntó Daniel Filmus, diputado correligionario del electo presidente a un medio local.

A lo largo de la campaña, Fernández​ rechazó calificar de “dictadura” al Ejecutivo de Maduro. “Las dictaduras suelen tener un origen no democrático, y no es el caso de Venezuela. Pero muchas veces las democracias, por abuso de quien gobierna, se convierten en autoritarismos, que es lo que yo digo que ocurre en Venezuela”, subrayó a fines de agosto.

Además, el dirigente electo apunta a mantener el diálogo con Caracas pero remarcando su posición crítica y similar a la que en los últimos meses impulsaron los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador, en México, y Tabaré Vázquez, en Uruguay, volcados hacia una salida pacífica y de diálogo entre las partes encontradas.

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