Resumen Latinoamericano •  Internacional •  27/02/2017

Maestros y maestras rechazan la militarización en México

"Me salieron en el camino dos hombres armados. Venía con mi hijo de 10 años en la camioneta. Nos pasaron a la parte de atrás. Íbamos con los ojos vendados y nos llevaron quién sabe adónde. Durante tres días mi familia no supo nada de mí, pues mi esposo andaba fuera. Tenía miedo por mi hijo. A mi hija de tres años la había dejado en casa. Gracias a unos compañeros y amigos de la comunidad que nos ayudaron a pagar un rescate estoy aquí con vida", narró entre lágrimas la profesora de primaria Francelia Gante Cornelio.

Maestros y maestras rechazan la militarización en México

Unas 500 personas, entre soldados, policías, maestros y vecinos –algunas llorando–, escuchaban el relato de la profesora, que dirigió su mirada al improvisado templete donde estaban el secretario de Educación en Guerrero, José Luis González de la Vega; el general brigadier del Estado Mayor Raúl Güereca Valenzuela; el secretario de Seguridad Pública, Pedro Almazán Cervantes, y el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Ramón Navarrete Magdaleno.

“Imaginen todo lo que nos ha pasado, no nada más a mí, a todo el magisterio. Es algo muy fuerte lo que viví, y les pregunto: ¿tienen hijos, esposa?, pónganse un poco en mi lugar. Estuve 12 días durmiendo en el suelo, en el campo y en mi brazo tenía a mi hijo, fue su almohada todo ese tiempo. En la noche le espantaba los animales, los sentía cuando le caminaban por su cuerpo. Todas las noches veía al cielo y le pedía a Dios y le decía: ‘Dios mío, mi vida por la de mi hijo’. Yo le decía a mi hijo que no se desesperara y él se portó muy valiente”, narró Gante Cornelio.

“Les suplico que no nos vayan a salir que van a militarizar, como en Acapulco. En realidad eso no ha funcionado; a la vuelta de mi casa está un destacamento de militares y en la otra calle asesinaron a un señor con su nieta en brazos. A dos cuadras de donde están ellos (los soldados), levantaron de su casa a una señora que hacía pan. Ahora van a mandar militares a las escuelas, pero quién me garantiza que voy a llegar bien a mi casa; ¿o nos van a poner un guardaespaldas durante 24 horas?”

No tengo miedo, es coraje

Planteó: “Yo creo que la solución es acabar con ese grupo (Los Tequileros). Todos estamos dentro del movimiento (de autodefensas). Tengo mucho coraje, y digo que si me voy a morir, será defendiendo a mis hijos. Me voy a morir peleando y luchando. Imagínense que se militarice, a cualquiera que agarren no nos van a entregar completos. Miedo ya no les tengo, incluso un día llegaron los de la Marina y les dije: ‘saben qué, enséñennos a manejar las armas y yo voy. Yo no tengo miedo. Tengo coraje porque han lastimado a mucha gente que no tenemos nada, ni para comer. Que esto no sólo llegue a nuestro gobernador Héctor Astudillo, sino al presidente (Enrique) Peña Nieto para que sepa lo que ocurre en San Miguel Totolapan”.

Otra maestra, Rosalía Mendoza Monterubio, subdirectora del Colegio de Bachilleres 18, expresó: “Quiero relatar lo que le pasó a mis compañeros maestros, directivos y alumnos de la institución. La matrícula disminuyó. Primero levantaron a Néstor Inocente Marques al salir del plantel en octubre de 2012 y le exigían de rescate medio millón de pesos. Le quemaron su casa, se llevaron sus pertenencias y ahora él vive con esa sicosis”.

En abril de 2014 “Elizabeth Calderón y su hermano Othón fueron levantados cuando iban al poblado El Barco; los subieron en un taxi. Se pagó un rescate pero los maestros ya no regresaron a la institución a laborar, lo mismo sucedió a un compañero administrativo que es vigilante.

No queremos que militaricen San Miguel, queremos solución, le pedimos que le digan al gobernador que regrese a San Miguel, y si no se dan condiciones para laborar, no regresaremos a clases hasta tener seguridad de que estaremos bien.

Un testimonio más es el del profesor Enrique Aguilar Hernán, supervisor en esa región: “El 16 de diciembre de 2015 fui levantado en la comunidad de San Francisco, estuve secuestrado cuatro días. Los maestros de los pueblos de Tehuehuetla, San Rafael, Las Mesas, Los Bancos, Santa María, me dicen ‘maestro, me voy a ir porque usted no va a garantizar mi seguridad’.

Foco rojo, toda la Tierra Caliente

Los maestros de estas comunidades ya no quieren regresar. Si no toman cartas en el asunto se les va a salir del control toda la Tierra Caliente y al rato van a surgir autodefensas como en Tixtla y Tierra Colorada. Que no piensen que sólo Acapulco es Guerrero, también lo es San Miguel, Ajuchitlán del Progreso o Cutzamala. Es la primera vez que en Totolapan está un secretario de Educación y uno de Seguridad.

Roberto Mata Marcial, padre de un niño de 11 años que estudia en la primaria Ignacio Manuel Altamirano, denunció que “unas familias no vinieron (a la reunión) pues están en terapias por el daño que les causó ese grupo delictivo.

“Fueron secuestrados en Valle Luz el maestro Pedro Gil Villarreal y Lorati Nicanor Lozano; al magisterio lo dejaron en shock, los delincuentes reunieron en la escuela a los maestros y se llevaron a los dos. A José Juárez García lo secuestraron dos veces; Servando Vega Ávila, en Los Huajes, también fue levantado”.

“Otro caso es el de la maestra de prescolar Martelia García Mojica, que la sacaron de su domicilio. Era una madre soltera y fue ejecutada a pocos metros de su casa y la tiraron afuera del Colegio de Bachilleres.

En 2015 asesinaron al niño Jesús Miguel Pascual y a su madre. Estaban en su casa. La noticia nos conmovió. Mi hijo fue uno de los más afectados y el Día de Muertos le dedicaron un altar. Cuando vamos al panteón mi hijo le lleva una flor a su amigo. Lo que hemos vivido no es un teatro, es la realidad de San Miguel Totolapan.

 


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