Argentina: Homenajearon a Rodolfo Walsh en San Vicente, última morada antes de su caída en combate

Numerosos jóvenes alineados en H.I.J.O.S. y en otras organizaciones, además de vecinos de la zona y  varios militantes de los años 70 que conocieron o militaron con Walsh  escucharon en la voz del periodista Pablo LLonto y de Patricia Walsh testimonios sobre la altura ética y la pasión revolucionaria que el militante de la Organización Montoneros, autor de varios textos inolvidables, como “Operación Masacre”, desplegara hasta su último aliento.

Patricia recordó varios pasajes de la vida de su padre y puso énfasis en aquel día después de su caída en combate en las proximidades de las Avenidas San Juan y Entre Ríos. Relató que junto a su pareja de aquellos años, el sábado 26 de marzo de 1977 salió temprano de su casa en la Capital, con el objetivo de llegar hasta San Vicente a visitar a Walsh y hacerle conocer su nieta recién nacida. Primero pasaron por otro domicilio a recoger a Lilia Ferreyra, la compañera de Walsh y cuando arribaron a San Vicente, pararon cerca de la casa y Lilia descendió del vehículo, inquieta, porque notó que algo raro sucedía. Se dirigió hacia el lugar y confirmó el peor de los presagios: la patota militar había estado alli hace poco tiempo y habían destrozado todo. Al ver que un inodoro había sido arrancado de su lugar y arrojado al jardín, tomó la dimensión de lo sucedido. Volvió rápidamente al coche y dijo: “Vámonos porque nos matan”. Patricia contó que puso a su bebé en el piso mientras que hacia agachar a su otra pequeña hija. “No sabíamos como salir de allí y al final lo hicimos a campo traviesa, hasta que llegamos a una ruta y volvimos hacia Buenos Aires”.

Además, señaló que la casa de San Vicente, que tiempo atrás fue declarada Patrimonio Histórico Nacional, está ocupada por la familia de un policía que se apropió ilegalmente del sitio, y que ahora se han construido en ese predio dos casas más. Reclamó que ese solar y la casa en la que vivió su padre, adonde fue escrita la “Carta a la Junta Militar” y el último cuento que en el allanamiento fue robado y luego apareció en manos de un jefe naval del campo de concentración de la ESMA, debe ser recuperada para que alli se pueda honrar la vida y la lucha de Walsh.

Luego, todos los concurrentes marcharon por una calle de tierra que ahora lleva el nombre de “Rodolfo Walsh” y llegaron hasta la casa que está totalmente oculta por una gran puerta de hierro y frondosa vegetación. Allí se repitieron las consignas: “Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar” y se gritaron varios “Presentes” al nombre del luchador asesinado y del que aún no se logró saber dónde fueron enterrados sus restos. Finalmente, con todas las banderas desplegadas se volvió a recorrer el camino que Walsh y su compañera hacían cada vez que debían viajar a la Capital, marchando desde la casa hasta la vieja estación de trenes.

Con la emoción a flor de piel en cada uno de los presentes, sumado a las decenas de abrazos que recibiera la hija de Walsh por parte de los jóvenes hacedores del homenaje, el acto culminó donde comenzara, renovándose la idea de que la memoria popular está firme para evocar a quienes tanto entregaron para beneficio de los más humildes. Como una reafirmación de principios volvió a escucharse a decenas de jóvenes gritar: ¡Rodolfo Walsh presente! Hasta la Victoria siempre!

Fotos: Resumen Latinoamericano

Patricia Walsh

Pablo Llonto

         La casa donde vivió Walsh en San Vicente