Los jugadores de la NBA declaran huelga ante la brutalidad policial
- Los jugadores de la NBA se plantan y no juegan los partidos de Playoff en protesta por los nuevos episodios de brutalidad policial en Kenosha.
- Se trata de la primera huelga convocada por la NBPA, el poderoso sindicato de los jugadores profesionales de baloncesto, convocada por motivos sociales y no por negociaciones económicas con las directivas de la liga.
La NBA se detuvo anoche. La celebración del esperado quinto partido entre los Milwaukee Bucks y los Orlando Magic se suspendió ante la negativa de los jugadores de los Bucks a jugar en protesta por la brutalidad policial y las protestas en Kenosha. Las protestas y disturbios en la pequeña ciudad del estado de Wisconsin (cuya ciudad más grande es la propia Milwaukee), después de que un agente de policía disparase siete veces por la espalda a Jacob Blake delante de sus hijos pequeños, llevaron a los jugadores a negarse a disputar el encuentro.
Los jugadores George Hill y Sterling Brown fueron los encargados de leer el comunicado acordado por la plantilla y el cuerpo técnico en el que manifestaban su intención de no jugar. «Los pasados cuatro meses han arrojado una luz sobre la injusticias raciales para la comunidades afroamericanas», apunta el comunicado. «A pesar de las peticiones de cambio, no ha habido ninguna acción, así que nuestro enfoque no puede estar en el baloncesto», señala, antes de exigir que el parlamento del estado de Wisconsin tome medidas para abordar la responsabilidad policial, brutalidad de los cuerpos de seguridad y aborde una reforma de la justicia penal.
La huelga de los jugadores de Milwaukee fue inmediatamente respaldada por la plantilla de Orlando Magic y, posteriormente, se sumaron los jugadores de Los Ángeles Lakers, Portland Trailblazers, Houston Rockets y Oklahoma City Thunder, cancelando la celebración de todos los partidos programados. Jugadores de otros equipos también se han sumado a las manifestaciones de rechazo a la violencia, haciendo suya la exigencia de Bucks de medidas.
«Somos más que jugadores de baloncesto, somos personas», ha declarado la estrella de los Boston Celtics Jayson Tatum. «Cuantos puntos marques, cuantos partidos ganes, esa mierda no importa ahora mismo. Ser negro en America es más importante que lo que hagamos en la pista de baloncesto».
El entrenador de Los Ángeles Clippers, visiblemente conmocionado, apuntaba, por su parte, de forma directa a los responsables políticos de la situación. «Es triste ver la Convención Republicana y ver como siembran ese miedo, escuchas hablar a Donald Trump y todo lo que hacen es hablar de miedo», señalaba Rivers, ataviado con una mascarilla con el lema VOTA. «Nosotros somos a los que niegan vivir en ciertas comunidades, hemos sido colgados, hemos sido disparados, y ellos se permiten hablar de miedo».
La NBA, la burbuja y la protesta política
El reinicio del campeonato de la NBA en julio, tras la suspensión causada por la crisis sanitaria, la llamada Burbuja, ha sido un espacio de expresión política desde el primer partido. Los jugadores exigieron como condición a volver a jugar el poder emplear el juego como plataforma para manifestar su exigencia de justicia social. Hasta el momento, mensajes, videos, performances ante los himnos (en la NBA se pueden escuchar los himnos tanto de Estados Unidos como de Canadá) y los lemas en las camisetas habían permitido transmitir a los jugadores su protesta ante los acontecimientos. La huelga es tan solo un hito más en esa dinámica de implicación y expresión política y social de los jugadores.
En los ’80 y ’90 los jugadores encontraban enormes dificultades en transmitir públicamente sus posicionamientos políticos y sus críticas. Craig Hodges o Mahmoud Abdul-Rauf llegaron a ser marginados por sus posicionamientos críticos ante la injusticia racial en Estados Unidos. En la exitosa serie documental sobre los Chicago Bulls The Last Dance estrenada este año en Netflix, uno de los momentos más significativos es la negativa explícita de Michael Jordan a asumir ninguna clase de posicionamiento político.
Sin embargo, desde la histórica huelga de jugadores de 1999, la expresión política ha ido abriéndose paso. La generación de jugadores que llegaron a la liga a mediados de la década del 2000, Carmelo Anthony, Lebron James, Brandon Roy o Kevin Durant, nos han acostumbrado a lo largo de sus carreras (algunas ya concluidas, otras en su crepúsculo tras más de una década de dominio) a hacer de la expresión y la manifestación política algo habitual en sus intervenciones públicas. «Soy más que un atleta. Definitivamente no voy a callarme y agachar la cabeza, tengo un significado importante para la sociedad», apuntó Lebron en una de las más conocidas polémicas con el presidente Trump, apuntando a su responsabilidad como figura pública.
Las protestas continúan en Kenosha
Mientras tanto, las protestas y disturbios continúan en la pequeña ciudad de Wisconsin. Tras varios días de movilizaciones, la irrupción de terroristas de extrema derecha, uno de los cuales acabó con la vida de dos manifestantes ayer, ha empeorado drásticamente la situación, precipitando una escalada de violencia.
Mientras tanto, en la convención Republicana celebrada en Charlotte desde el lunes, los discursos se empeñan en culpabilizar al «movimiento antifa» de los disturbios violentos, apelando a la sensación de inseguridad entre la población acomadada del país.
«Nosotros protestamos y ellos mandan unidades anti revuelta. Ellos van a Michigan con armas y escupen a la policía, y no pasa nada», denuncia Doc Rivers. «Y ellos hablan de miedo. Es simplemente ridículo».