Brasil, tercer país con más muertes de activistas ambientales y DD.HH
Con 24 asesinatos, Brasil aparece hoy como el tercer país del mundo con más muertes de activistas medioambientales y de los derechos humanos en 2019, según un informe de una organización no gubernamental (ONG).
Citada por el portal de noticias G1, la ONG Global Witness registró el mayor número de decesos de estos defensores en el universo el año pasado: 212. Brasil ocupa el tercer lugar, después de Colombia (64) y Filipinas (43).
De los 24 ultimados en el gigante suramericano, 10 eran indígenas, nueve campesinos, dos familiares de activistas, uno funcionario público y dos estaban clasificados como otros.
Los estados con más pérdidas fueron Pará (siete), Amazonas (cinco), Maranhão (cuatro) y Mato Grosso (dos). Amapá, Bahía, Mato Grosso do Sul, Paraná, Pernambuco y Rondônia contabilizaron uno per cápita.
‘Hay un aumento en comparación con las 20 muertes que documentamos el año anterior. Sin embargo, resulta importante decir que los asesinatos representan solo el punto más claro de los riesgos que enfrentan los ambientalistas’, afirmó Ben Leather, un activista de alto nivel de Global Witness, referido por G1.
Así que, en Brasil, precisó, ‘las amenazas, el acoso, la criminalización y también los ataques contra los familiares de los defensores y defensoras son comunes’.
Según Leather, el año pasado los indígenas tenían 100 veces más probabilidades de ser eliminados que cualquier otro activista o defensor de la tierra.
Los nativos representan un 42 por ciento de los crímenes que hemos reconocido en Brasil, pero solo el 0,4 por ciento de la población, apuntó.
Desde el 2012 el informe da cuenta de las muertes de activistas medioambientales y de derechos humanos.
Estos defensores son personas que trabajan para combatir la degradación del clima, el mal uso de la tierra y la defensa de los derechos humanos, con una frecuente oposición a las industrias intensivas en carbono sin políticas sostenibles.
De acuerdo con la ONG, cuatro defensores son asesinados cada semana desde el Acuerdo Climático de París en 2015.
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